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Tendinitis Rotuliana Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz.     La tendinitis rotuliana (también conocida como tendinopatía rotuliana o, en ciertos contextos, “rodilla de saltador”) representa uno de los desafíos más frecuentes para quienes practican deportes de salto e impacto recurrente, como baloncesto, voleibol o atletismo. Sin embargo, no se limita a atletas de élite. De hecho, cualquier persona que realice movimientos repetitivos de flexión y extensión de la rodilla —incluso en niveles recreativos o en actividades laborales— puede experimentar este tipo de lesión. A menudo, la primera señal de alarma es un dolor punzante en el polo inferior de la rótula que se intensifica al subir escaleras o al realizar saltos y carreras. Un dolor relativamente soportable al inicio puede volverse crónico si no se aborda con estrategias adecuadas. En este artículo, te ofrezcemos una guía completa y actualizada para que puedas tomar mejores decisiones en torno a la salud de tus rodillas.La intención es que, al finalizar la lectura, te sientas informado y seguro de que existe una ruta de recuperación.

Tabla de Contenido

Índice

  1. Panorama General de la Tendinitis Rotuliana 1.1 Definición y terminología 1.2 Anatomía básica del tendón rotuliano 1.3 ¿Por qué se denomina “Rodilla de Saltador”?
  2. Determinantes y Factores de Riesgo 2.1 Sobrecarga mecánica y microtraumatismos 2.2 Trastornos biomecánicos y desequilibrio muscular 2.3 Cambios neurovasculares: el enfoque moderno 2.4 Papel de la genética y la estructura del tendón
  3. Reconociendo los Síntomas Principales 3.1 Dolor localizado en el polo inferior de la rótula 3.2 Empeoramiento con actividad física y mejora parcial con reposo 3.3 Rigidez matinal y aspectos inflamatorios
  4. Métodos de Diagnóstico 4.1 Historia clínica minuciosa 4.2 Pruebas de imagen: ecografía y RM 4.3 Evaluación de la función muscular y la tolerancia a la carga
  5. Tratamientos Basados en la Evidencia 5.1 Fisioterapia convencional y reposo activo 5.2 Rol de los ejercicios isométricos e isotónicos 5.3 Ejercicios excéntricos y concéntricos: evidencia sólida 5.4 Modalidades complementarias: electroterapia, ultrasonidos y ondas de choque 5.5 Infiltraciones, PRP y avances en terapia celular 5.6 Control del dolor crónico: visión neurofisiológica
  6. Plan de Rehabilitación Personalizado 6.1 Fase inicial: ejercicios suaves y control del dolor 6.2 Fase intermedia: fortalecimiento progresivo y adaptación de carga 6.3 Fase avanzada: retorno a la actividad deportiva o laboral 6.4 Mantenimiento y prevención de recaídas
  7. Estrategias de Prevención y Hábitos Saludables 7.1 Organización del entrenamiento y descanso adecuado 7.2 Biomecánica de la rodilla y calzado deportivo 7.3 Nutrición, suplementación y peso corporal 7.4 Masajes, liberación miofascial y estiramientos
  8. Respuestas a Preguntas Frecuentes 8.1 Cirugía: ¿cuándo es realmente necesaria? 8.2 Tiempos de recuperación según la fase de la lesión 8.3 Entrenar con dolor: pautas de seguridad 8.4 Qué hacer ante un empeoramiento repentino
  9. Conclusiones
  10. Referencias Bibliográficas

1. Panorama General de la Tendinitis Rotuliana

1.1 Definición y terminología

La palabra “tendinitis” suele evocarnos la idea de inflamación del tendón, aunque en la actualidad se habla con más precisión de “tendinopatía”, ya que este cuadro incluye alteraciones degenerativas y no solo procesos inflamatorios. De acuerdo con las revisiones científicas el dolor puede estar más relacionado con factores mecánicos y neuropáticos que únicamente con la inflamación.

1.2 Anatomía básica del tendón rotuliano

El tendón rotuliano une la rótula (hueso situado en la parte anterior de la rodilla) con la tibia, completando así el mecanismo extensor de la rodilla en conjunto con el cuádriceps. Cualquier alteración en su estructura afecta de forma directa la capacidad de saltar, correr y realizar movimientos cotidianos como levantarse de una silla.

1.3 ¿Por qué se denomina “Rodilla de Saltador”?

El término “rodilla de saltador” se acuñó porque la mayoría de los pacientes diagnosticados con este problema participan en deportes donde el salto y el aterrizaje juegan un papel predominante. La combinación de saltar repetidamente y la absorción del impacto en la caída genera microtraumatismos en el tendón rotuliano.

2. Determinantes y Factores de Riesgo

2.1 Sobrecarga mecánica y microtraumatismos

Cada vez que se produce un salto o un movimiento explosivo, el tendón rotuliano soporta una elevada tensión. Si no se brinda el tiempo suficiente para la recuperación, surgen microlesiones que pueden cronificarse. Resulta esencial respetar los periodos de descanso para que las microlesiones se reparen.

2.2 Trastornos biomecánicos y desequilibrio muscular

Una mala alineación de la rótula, pies planos o desequilibrios en la fuerza de cuádriceps e isquiotibiales favorecen una sobrecarga asimétrica que repercute en la inserción del tendón. En personas con un cuádriceps muy desarrollado pero isquiotibiales débiles, el tirón constante sobre la rótula puede predisponer a la lesión.

2.3 Cambios neurovasculares: el enfoque moderno

Las recientes investigaciones destacan que existe un aumento de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas en la región dañada del tendón. Esta proliferación vascular —además de la presencia de sustancias que median el dolor— explica en parte por qué el dolor puede persistir incluso sin cambios estructurales masivos.

2.4 Papel de la genética y la estructura del tendón

Algunos tendones parecen tener menor tolerancia al estrés mecánico debido a la composición del colágeno. Aunque no es determinante para todos, se ha observado que ciertos individuos con historial familiar de tendinopatías son más susceptibles. El estudio de los factores genéticos podría, en un futuro, ayudarnos a prevenir y personalizar los tratamientos.

3. Reconociendo los Síntomas Principales

3.1 Dolor localizado en el polo inferior de la rótula

El síntoma clásico es un dolor punzante o punzada localizada justo debajo de la rótula. Al inicio puede ser leve y presentarse después del ejercicio, pero con el tiempo puede notarse incluso durante actividades cotidianas.

3.2 Empeoramiento con actividad física y mejora parcial con reposo

La dinámica del dolor es característica: se acentúa con la práctica deportiva y tiende a disminuir cuando se limita la actividad. Sin embargo, la simple supresión del deporte no es solución definitiva; la actividad física dosificada y la rehabilitación guiada son cruciales.

3.3 Rigidez matinal y aspectos inflamatorios

Algunos pacientes describen una sensación de rigidez al levantarse por las mañanas o tras un periodo prolongado de inactividad. Esto sugiere que el tejido no recupera su elasticidad de forma inmediata, una señal de alerta para quienes retoman la práctica deportiva sin un calentamiento adecuado.

4. Métodos de Diagnóstico

4.1 Historia clínica minuciosa

El diagnóstico se fundamenta en el interrogatorio y en la exploración física. Es importante detallar:
  • Tipo de deporte o actividad laboral.
  • Frecuencia e intensidad del entrenamiento.
  • Aparición gradual o repentina del dolor.
  • Existencia de lesiones previas en la rodilla.

4.2 Pruebas de imagen: ecografía y RM

  • Ecografía: LA ecografía es útil para visualizar engrosamiento del tendón y cambios en la ecogenicidad, así como áreas hipoecoicas que sugieren daño.
  • Resonancia Magnética (RM): Se reserva para casos en los que se sospechen lesiones asociadas o cuando la ecografía no es concluyente. Ofrece imágenes detalladas de la estructura del tendón y del cartílago subyacente.

4.3 Evaluación de la función muscular y la tolerancia a la carga

En la consulta, podemos realizar pruebas de salto, sentadillas y extensión de rodilla en máquina para ver cómo reacciona el tendón bajo estrés. Los resultados permiten graduar la severidad de la lesión y orientar la rehabilitación.

5. Tratamientos Basados en la Evidencia

5.1 Fisioterapia convencional y reposo activo

La fisioterapia es el pilar inicial para la mayoría de los pacientes. Incluye:
  • Aplicaciones de frío o calor para aliviar la sintomatología.
  • Técnicas manuales para relajar la musculatura adyacente.
  • Educaciones sobre cambios en la rutina de entrenamiento.
El reposo activo se traduce en mantener actividades que no generen dolor agudo. Por ejemplo, nadar o pedalear en bicicleta con resistencia leve, en lugar de la carrera a alta intensidad.

5.2 Rol de los ejercicios isométricos e isotónicos

La evidencia científica habla sobre los ejercicios isométricos los cuales son especialmente eficaces para controlar el dolor en fases iniciales. Un ejemplo práctico es la sentadilla isométrica sostenida contra la pared, que si se realiza correctamente, mejora la estabilidad de la rodilla sin incrementar demasiado la irritación del tendón. Por otro lado, los ejercicios isotónicos (aquellos con movimiento y carga constante) contribuyen a restablecer la fuerza muscular en todo el rango de movilidad articular.

5.3 Ejercicios excéntricos y concéntricos: evidencia sólida

Couppe et al. (2020) resaltan la eficacia de los ejercicios excéntricos en la rehabilitación de la tendinitis rotuliana. Al forzar el músculo a alargarse mientras genera tensión, se estimula una mejor reorganización de las fibras de colágeno. Se sugiere combinar ejercicios excéntricos con concéntricos para lograr un fortalecimiento global del aparato extensor.

5.4 Modalidades complementarias: electroterapia, ultrasonidos y ondas de choque

  • Electroterapia: Empleada para modular el dolor y estimular el riego sanguíneo.
  • Ultrasonidos: A veces usados para calentar la zona profunda, aunque su efectividad a largo plazo está en debate.
  • Ondas de choque: Se recomiendan en cuadros crónicos. Al provocar microtraumatismos controlados, reactivan el proceso de curación y el alivio del dolor.

5.5 Infiltraciones, PRP y avances en terapia celular

  • Corticoides: Pueden reducir la inflamación, pero su uso prolongado debilita el tendón, por lo que se aplica con mucha cautela.
  • PRP (Plasma Rico en Plaquetas): Aunque se ha popularizado, la evidencia es mixta. Se basa en la inyección de factores de crecimiento para acelerar la reparación.
  • Terapia celular: Estudios en fase experimental. Se explora la posibilidad de regenerar tendones dañados con células madre o biomateriales, pero todavía no es un protocolo estándar.

5.6 Control del dolor crónico: visión neurofisiológica

Los hallazgos de Zwerver et al. (2021) insisten en que la proliferación neurovascular alrededor del tendón puede cronificar el dolor. Por ello, las intervenciones en educación en dolor y algunas técnicas de sensibilización neuromuscular pueden ser de gran valor en casos refractarios al tratamiento convencional.

6. Plan de Rehabilitación Personalizado

6.1 Fase inicial: ejercicios suaves y control del dolor

  • Objetivo: Controlar la inflamación y la irritación.
  • Intervenciones: Crioterapia (aplicaciones de frío), descanso relativo y ejercicios isométricos de baja intensidad.
  • Ejemplo práctico: Sentadilla isométrica a 60° de flexión de rodilla, manteniendo la posición 20-30 segundos, descansando otros 30 y repitiendo 4-5 veces.

6.2 Fase intermedia: fortalecimiento progresivo y adaptación de carga

  • Objetivo: Aumentar la tolerancia del tendón a la carga mecánica.
  • Ejercicios: Incluir sentadillas, prensa de piernas y ejercicios con banda elástica. Alternar isotónicos y excéntricos con cargas moderadas.
  • Adaptación de carga: Incrementar el peso o la resistencia de forma progresiva, aproximadamente un 10% por semana, siempre y cuando el dolor se mantenga en niveles tolerables (escala analógica del dolor < 3/10).

6.3 Fase avanzada: retorno a la actividad deportiva o laboral

  • Objetivo: Preparar el tendón para esfuerzos de alta intensidad.
  • Ejercicios: Saltos pliométricos, carrera progresiva, cambios de dirección y ejercicios de agilidad.
  • Transición: Se retoma paulatinamente el entrenamiento deportivo, evaluando la respuesta del tendón al incremento de la carga.

6.4 Mantenimiento y prevención de recaídas

El paso más frecuente que los pacientes olvidan es la fase de mantenimiento. Incluso después de mejorar, conviene seguir con un programa de estiramientos, fortalecimiento y control de la carga para evitar recaídas. Asimismo, revisar periódicamente la técnica deportiva y la alineación de la rodilla puede marcar la diferencia.

7. Estrategias de Prevención y Hábitos Saludables

7.1 Organización del entrenamiento y descanso adecuado

Estructurar el calendario de entrenamientos es vital. Evitar la sobrecarga en días consecutivos, intercalando sesiones de impacto con días de recuperación activa (por ejemplo, natación o bicicleta suave), permite la regeneración tendinosa.

7.2 Biomecánica de la rodilla y calzado deportivo

Un estudio biomecánico de la marcha y de la carrera o de la técnica de salto puede detectar fallos que aumenten el riesgo de lesión. A su vez, emplear un calzado adecuado, con buena amortiguación y soporte en el arco plantar, reduce el estrés en el tendón rotuliano. La valoración podología especializada puede ser de mucha utilidad para mejorar la pisada y los ejes de carga.

7.3 Nutrición, suplementación y peso corporal

Mantener un porcentaje de grasa corporal equilibrado disminuye la carga sostenida por la rodilla. Además, una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales promueve la salud general del tejido conectivo.

7.4 Masajes, liberación miofascial y estiramientos

Las técnicas de automasaje con foam roller y la liberación miofascial contribuyen a eliminar puntos de tensión en la musculatura del cuádriceps y a reducir la tracción excesiva sobre la rótula. Por otro lado, los estiramientos guiados mejoran la flexibilidad y favorecen una biomecánica más óptima.

8. Respuestas a Preguntas Frecuentes

8.1 Cirugía: ¿cuándo es realmente necesaria?

La cirugía se valora en casos extremos de roturas parciales mayores o fracasos de los tratamientos conservadores. Habitualmente, las intervenciones quirúrgicas pueden implicar la resección del tejido dañado y la estimulación local de la curación. Sin embargo, la mayoría de los pacientes responde bien a la rehabilitación no quirúrgica.

8.2 Tiempos de recuperación según la fase de la lesión

En estadios tempranos, la mejoría puede producirse en 6-8 semanas, combinando reposo activo y fisioterapia. En casos crónicos, el proceso se extiende a varios meses. Cada individuo es diferente y la adherencia al programa de ejercicios es crucial.

8.3 Entrenar con dolor: pautas de seguridad

Un nivel tolerable de dolor durante los ejercicios de rehabilitación puede ser aceptable, pero si el dolor es agudo o incapacitante, se recomienda parar y reevaluar. Nunca se debe ignorar el dolor intenso, ya que puede ser un indicador de una microruptura inminente.

8.4 Qué hacer ante un empeoramiento repentino

Si percibes que el dolor aumenta abruptamente, interrumpe la actividad y aplica hielo local. Puede que hayas superado la capacidad de carga del tendón. Consultar  para reevaluar el plan de tratamiento suele ser la mejor estrategia.

9. Conclusiones

Es importante aplicar de forma rigurosa los protocolos basados en evidencia y abordar un enfoque integral, cuidando el descanso, nutrición y fortalecimiento progresivo. El camino de la recuperación requiere compromiso, paciencia y la guía profesional adecuada. Si resides en Granada o alrededores, podemos realizar una valoración especializada y diseñar un plan de recuperación personalizado que devuelva la funcionalidad a tu rodilla y te permita retomar las actividades que más te apasionan.
Referencias Bibliográficas
  1. Van Ark M, Docking SI, Van den Akker-Scheek I, Rio E, Cook JL, Zwerver J. Does Pain or Pathology Negatively Influence Muscle-Tendon Function in Patients with Patellar Tendinopathy? A Systematic Review with Meta-analysis. Am J Sports Med. 2019;47(5):1166-1175.
  2. Rio E, Purdam CR, Coombes BK, Pizzari T, Cook J, Docking S, Cousins S, Girdwood M, Pearce CJ, Gaida JE. Isometric Exercise to Reduce Pain in Patellar Tendinopathy in the Short Term: A Randomized Controlled Trial. Br J Sports Med. 2019;53(4):250-256.
  3. Couppe C, Svensson RB, Silbernagel KG, Langberg H, Kjaer M. Eccentric or Concentric Exercise as Treatment for Patellar Tendinopathy? A Randomized Controlled Trial with Ultrasound and Clinical Outcomes. Am J Sports Med. 2020;48(8):2036-2049.
  4. Zwerver J, Bredeweg SW, Van den Akker-Scheek I. New Insights in the Pathophysiology of Patellar Tendinopathy: A Narrative Review Focusing on Neural and Vascular Aspects. Sports Med. 2021;51(9):1893-1906.

 

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