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Rehabilitación del Aquiles Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz

 

 

El tendón de Aquiles es el tendón más fuerte y grueso del cuerpo humano, y su función resulta esencial para caminar, correr y saltar. A lo largo del tiempo, puede verse afectado por diversas patologías, siendo la tendinopatía y la rotura del tendón de Aquiles dos de las lesiones más comunes. Numerosas personas que practican deporte —ya sea a nivel amateur o profesional— sufren problemas en esta estructura, derivando en dolor, inflamación y limitaciones que afectan a su calidad de vida.

En este artículo, abordaremos un plan de rehabilitación de 12 semanas para el tendón de Aquiles, con base en las investigaciones más recientes y de mayor impacto internacional. Nuestro objetivo es guiar al paciente a través de una recuperación progresiva, segura y eficaz, incorporando ejercicios específicos, estiramientos, técnicas de fortalecimiento y pautas de prevención.

El texto se organiza en diferentes secciones para ofrecer una visión completa y bien estructurada del proceso de rehabilitación, así como respuestas claras a las dudas más frecuentes de los pacientes. Esperamos que, tras esta lectura, disponga de los conocimientos más actualizados que le ayuden a iniciar o continuar su recuperación, siempre bajo la supervisión de un profesional cualificado.


Tabla de Contenido

Índice de Contenidos

  1. Estructura y Función del Tendón de Aquiles
  2. Causas y Tipos de Lesiones del Tendón de Aquiles
    2.1. Tendinopatía de Aquiles
    2.2. Rotura del Tendón de Aquiles (Aguda y Crónica)
  3. Síntomas y Signos Clínicos
  4. Diagnóstico y Exploraciones Complementarias
    4.1. Examen Físico y Pruebas Funcionales
    4.2. Métodos de Imagen (Ecografía, Resonancia Magnética)
  5. Principios Generales de un Plan de Rehabilitación de 12 Semanas
    5.1. Fases y Objetivos
    5.2. Criterios de Progresión
  6. Ejercicios Clave en la Rehabilitación
    6.1. Fase Inicial (Semanas 1-4)
    6.2. Fase Intermedia (Semanas 5-8)
    6.3. Fase Avanzada (Semanas 9-12)
  7. Estiramientos y Técnicas de Flexibilidad
    7.1. Estiramiento de Gastrocnemio y Sóleo
    7.2. Movilidad de Tobillo y Pie
  8. Fortalecimiento y Propiocepción
    8.1. Ejercicios de Carga Excéntrica y Heavy Slow Resistance (HSR)
    8.2. Entrenamiento de la Propiocepción y Equilibrio
  9. Biomecánica de la Marcha y Corrección de Factores Contribuyentes
  10. Opciones Complementarias de Tratamiento
    10.1. Uso de Ortesis y Calzado Específico
    10.2. Terapias Físicas (Ondas de Choque, Láser, etc.)
    10.3. Control del Dolor y la Inflamación
    10.4. Aplicaciones de PRP y Otros Tratamientos Biológicos
  11. Preguntas Frecuentes de los Pacientes
  12. Prevención y Rutinas de Mantenimiento
  13. Conclusión

1. Estructura y Función del Tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles está conformado por fibras colágenas muy resistentes que conectan los músculos de la pantorrilla (principalmente el gastrocnemio y el sóleo) con el hueso calcáneo. Gracias a esta conexión, podemos ejecutar la flexión plantar del pie, indispensable para impulsarnos al caminar, correr y saltar.

Desde un punto de vista biomecánico, el tendón de Aquiles soporta fuerzas muy altas, que pueden llegar a multiplicar en varias ocasiones el peso corporal durante actividades de carrera o salto. Cualquier alteración en su estructura, ya sea por sobreuso, traumatismos o inflamaciones crónicas, puede derivar en patologías con una recuperación compleja y potencial riesgo de recaídas.


2. Causas y Tipos de Lesiones del Tendón de Aquiles

La etiología de las lesiones del tendón de Aquiles puede ser multifactorial. Frecuentemente, se asocia a microtraumatismos repetitivos, cambios bruscos en la carga de entrenamiento o en la técnica deportiva y uso de calzado inadecuado. Además, hay factores intrínsecos (como alteraciones biomecánicas del pie, rigidez muscular, acortamientos) y extrínsecos (calzado, superficies de entrenamiento) que predisponen a la aparición de lesiones.

2.1. Tendinopatía de Aquiles

La tendinopatía de Aquiles engloba la tendinitis (proceso inflamatorio agudo) y la tendinosis (proceso degenerativo crónico). A menudo, se emplea el término “tendinopatía” de manera genérica para describir dolor, inflamación y/o degeneración en el tendón. Entre sus causas más frecuentes se encuentran:

  • Sobrecarga repetitiva y microtraumatismos.
  • Falta de estiramientos y calentamiento adecuados.
  • Debilidad de la musculatura posterior de la pierna.
  • Alineación inadecuada del pie (pies planos o cavos).
  • Cambios bruscos en la intensidad o volumen de entrenamiento.

2.2. Rotura del Tendón de Aquiles (Aguda y Crónica)

La rotura del tendón de Aquiles puede producirse de forma aguda tras un salto o arrancada explosiva, o de manera más insidiosa en tendones ya degenerados. La rotura total conlleva la pérdida de continuidad del tendón y suele requerir tratamiento quirúrgico, seguido de un proceso de rehabilitación prolongado que puede extenderse de 3 a 6 meses o más. Por otro lado, las roturas parciales pueden manejarse de manera conservadora o quirúrgica, dependiendo de la extensión de la lesión y de la funcionalidad del paciente.


3. Síntomas y Signos Clínicos

Los síntomas varían dependiendo de si se trata de una tendinopatía o de una rotura. En la tendinopatía, el dolor suele localizarse en la región posterior del tobillo, a unos 2-6 cm por encima de la inserción en el calcáneo (tendinopatía no insercional) o justo en la inserción (tendinopatía insercional). Es frecuente la rigidez matutina o tras periodos de inactividad y un dolor que mejora con el calentamiento, pero que puede empeorar al finalizar la actividad física.

En caso de rotura total aguda, el paciente experimenta un dolor intenso y súbito, a menudo descrito como un “latigazo” en la parte posterior de la pierna. Puede acompañarse de un chasquido audible y dificultad o imposibilidad de ponerse de puntillas.


4. Diagnóstico y Exploraciones Complementarias

4.1. Examen Físico y Pruebas Funcionales

El examen clínico es fundamental. Se evalúa la ubicación del dolor, la presencia de engrosamiento tendinoso, nódulos, crepitación o deformidades. En casos de rotura, la maniobra de Thompson (compresión de la pantorrilla para observar la flexión plantar pasiva) resulta de gran ayuda: si el pie no realiza flexión plantar, se sospecha rotura del tendón.

4.2. Métodos de Imagen (Ecografía, Resonancia Magnética)

La ecografía es útil para apreciar engrosamientos, bursitis asociadas, desgarros parciales y la vascularización anómala del tendón. Por su parte, la resonancia magnética ofrece un detalle más preciso de la integridad de las fibras, el grado de degeneración y la localización exacta de la lesión, siendo especialmente valiosa en casos complejos o ante sospecha de rotura parcial o total.


5. Principios Generales de un Plan de Rehabilitación de 12 Semanas

La evidencia científica reciente destaca la importancia de un programa de rehabilitación estructurado y progresivo. Un período de 12 semanas suele considerarse un intervalo adecuado para observar mejoras clínicas significativas, especialmente en tendinopatías de Aquiles no complicadas o en roturas parciales tratadas de manera conservadora.

5.1. Fases y Objetivos

  1. Fase Inicial (Semanas 1-4):
    • Disminuir el dolor y la inflamación.
    • Comenzar la recuperación de la movilidad articular.
    • Introducción de ejercicios isométricos de baja carga.
  2. Fase Intermedia (Semanas 5-8):
    • Incrementar la fuerza y la resistencia muscular.
    • Incorporar ejercicios de carga excéntrica y concéntrica.
    • Progresar en los estiramientos específicos y reeducar la marcha.
  3. Fase Avanzada (Semanas 9-12):
    • Mejorar la potencia y la función deportiva.
    • Introducir ejercicios pliométricos (con precauciones).
    • Preparar el tendón para retornar a la actividad deportiva o la vida diaria con pleno rendimiento.

5.2. Criterios de Progresión

  • Disminución del dolor en reposo y durante la actividad.
  • Movilidad articular cercana a la normalidad o simetría con la pierna contralateral.
  • Ausencia de reacciones inflamatorias excesivas tras los ejercicios.
  • Capacidad de tolerar ejercicios de fortalecimiento moderado sin exacerbación de síntomas.

6. Ejercicios Clave en la Rehabilitación

Los ejercicios constituyen la piedra angular de la rehabilitación y deben adaptarse a la progresión del paciente, prestando atención a la intensidad y al volumen. Diversos autores han subrayado la importancia de seguir una metodología progresiva que combine ejercicios isométricos, concéntricos y, especialmente, excéntricos o de carga lenta (Heavy Slow Resistance) para favorecer la regeneración y la capacidad de carga del tendón.

A continuación, se describe cada fase con mayor detalle, incluyendo recomendaciones de repeticiones, series y pautas de seguridad. Es esencial que el paciente reciba supervisión de un profesional sanitario, especialmente durante los ejercicios más exigentes.


6.1. Fase Inicial (Semanas 1-4)

Objetivos principales:

  • Reducir el dolor y la inflamación.
  • Evitar la atrofia muscular excesiva.
  • Iniciar la recuperación de la movilidad articular y la estabilidad.
  • Concienciar al paciente sobre la importancia de la carga progresiva y el control del dolor.

Ejercicios y recomendaciones más detallados:

  1. Descarga y control del dolor
    • Se recomienda un reposo relativo: el paciente puede caminar, pero evitando carreras o saltos.
    • Aplicar frío local (10-15 minutos) tras la actividad para reducir la inflamación, en caso de dolor agudo o elevado.
    • Mantener la pierna ligeramente elevada si hay signos de inflamación importante.
  2. Ejercicios isométricos para los músculos de la pantorrilla
    • Isométrico bilateral en puntillas:
      • Colocarse de pie con las dos piernas en paralelo.
      • Elevar los talones del suelo unos centímetros, hasta notar la contracción suave en la pantorrilla, y mantener 5-10 segundos.
      • Regresar lentamente y descansar 5 segundos.
      • Realizar de 10 a 12 repeticiones, 2-3 series diarias.
      • El objetivo es mantener la contracción sin dolor intenso (0-3 en escala de 0-10).
    • Isométrico sentado con banda elástica:
      • Sentarse en una silla o camilla con la pierna estirada.
      • Colocar una banda elástica alrededor del antepié y sujetar los extremos con las manos.
      • Empujar con el pie hacia abajo (flexión plantar), manteniendo la posición isométrica unos 5-8 segundos.
      • Relajar lentamente.
      • Realizar de 8 a 10 repeticiones, 2 series, según tolerancia.
  3. Movilidad articular suave
    • Ejercicios de rango de movimiento activo:
      • Rotaciones de tobillo en sentido horario y antihorario (10 repeticiones cada sentido).
      • Flexión y extensión suave del tobillo (10 repeticiones).
      • Se puede hacer varias veces al día para prevenir rigidez y favorecer la circulación.
    • Movilización pasiva-asistida:
      • Puede ser realizada por el fisioterapeuta o con la ayuda de la mano contraria, siempre evitando dolor elevado.
      • Mantener unos segundos en cada extremo del movimiento.
  4. Consejos adicionales en esta fase:
    • Utilizar un calzado cómodo, que no presione el tendón ni dificulte la pisada.
    • Evitar subidas y bajadas pronunciadas de escaleras; si son inevitables, hacerlo con cuidado y apoyándose en barandillas.

6.2. Fase Intermedia (Semanas 5-8)

Objetivos principales:

  • Aumentar progresivamente la fuerza y resistencia del tríceps sural (gastrocnemio y sóleo).
  • Mejorar el rango de movimiento y la flexibilidad.
  • Introducir ejercicios de propiocepción y equilibrio para readaptar al tobillo.
  • Progresar hacia cargas cada vez más funcionales.

Ejercicios y recomendaciones más detallados:

  1. Ejercicios concéntricos y excéntricos
    Una de las claves para la rehabilitación del tendón de Aquiles es combinar el trabajo concéntrico (subir) y el excéntrico (bajar), priorizando la fase excéntrica por su mayor estímulo en la remodelación del tendón.
    • Elevación de talones en escalón (bipodal a unipodal):
      1. Colocar el antepié en el borde de un escalón, dejando el talón libre.
      2. Sujetarse con la mano en una barandilla o pared para mantener el equilibrio.
      3. Elevar los talones lentamente (fase concéntrica), contar 2-3 segundos, y después descender de manera controlada hasta sobrepasar ligeramente el nivel del escalón (fase excéntrica), contando otros 2-3 segundos.
      4. Realizar 3 series de 10-12 repeticiones.
      5. Cuando sea tolerable, pasar de hacerlo con apoyo de ambas piernas a hacerlo con la pierna lesionada de manera unipodal, para aumentar la carga en el tendón afectado.
    • Puntillas apoyando el peso con mancuerna ligera:
      • Una vez que el paciente tolere las repeticiones básicas, puede añadir un peso ligero en la mano contraria al tendón lesionado.
      • Mantener una correcta alineación del tobillo y rodilla.
      • Vigilar que el dolor no supere un nivel moderado (3-4/10).
  2. Progresión de la carga
    • A lo largo de las semanas 5 a 8, se incrementa el peso o la duración de los ejercicios de forma gradual.
    • La regla general es no aumentar más de un 10-15% la carga semanal para evitar sobrecargas repentinas.
    • Si el dolor es considerable después de un entrenamiento, reducir la intensidad o el número de repeticiones la sesión siguiente.
  3. Introducción del entrenamiento de la propiocepción
    • Ejercicio de equilibrio unipodal en superficie estable o semiestable:
      • De pie sobre una pierna (la lesionada), intentar mantener el equilibrio 20-30 segundos.
      • Cuando sea factible, pasar a una superficie inestable (colchoneta gruesa, almohada firme o plataforma de equilibrio).
      • Para intensificar, se pueden añadir movimientos de brazos o rotación de tronco.
    • Balance board o bosu:
      • Mantener la posición de pie sobre la tabla durante 15-20 segundos e ir aumentando gradualmente.
      • Este ejercicio exige contracciones rápidas y automáticas de la musculatura estabilizadora del tobillo, favoreciendo la reeducación neuromuscular.
  4. Transición de isométricos a isotónicos más dinámicos
    • Durante las semanas 6-7, se puede ir reduciendo el trabajo isométrico puro y dar prioridad a ejercicios isotónicos (concéntricos-excéntricos).
    • Incorporar series de 3-4 con 8-10 repeticiones, buscando una cadencia controlada (2 segundos para subir, 3-4 para bajar).
  5. Consejos adicionales en esta fase:
    • Comenzar a aumentar las actividades de la vida diaria (caminar distancias más largas, subir escaleras con cautela).
    • Evaluar la posible necesidad de plantillas o soportes adicionales si existen alteraciones biomecánicas relevantes.
    • Combinar la rutina de ejercicios con estiramientos suaves para mantener la flexibilidad.

6.3. Fase Avanzada (Semanas 9-12)

Objetivos principales:

  • Restaurar la máxima fuerza y potencia del tríceps sural.
  • Integrar ejercicios pliométricos y actividades más exigentes para la vuelta al deporte.
  • Perfeccionar la coordinación y el control neuromuscular para prevenir recaídas.
  • Optimizar la función biomecánica del tobillo y la rodilla.

Ejercicios y recomendaciones más detallados:

  1. Heavy Slow Resistance Training (HSR)
    Los estudios científicos señalan que el entrenamiento de resistencia pesada y lenta puede ser muy eficaz para recuperar la función tendinosa:
    • Elevaciones de talón con carga progresiva:
      • Utilizar máquinas de gimnasio (prensa de piernas, por ejemplo) o mancuernas más pesadas.
      • Mantener una cadencia de 3 segundos para la fase concéntrica (subir), 1 segundo de pausa en la posición final y 3 segundos para la fase excéntrica (bajar).
      • Generalmente, se recomiendan 3-4 series de 6-8 repeticiones.
      • Aumentar el peso en función de la tolerancia al dolor y la correcta ejecución técnica.
  2. Pliometría suave
    • Saltos a dos piernas con pequeño rebote:
      • Empezar en un punto estático, flexionar ligeramente las rodillas, despegar ambos pies del suelo y aterrizar suavemente.
      • Asegurarse de que el impacto en el tendón no sea excesivo; se deben realizar saltos de baja altura.
      • Se pueden hacer 2-3 series de 10-15 saltos, siempre y cuando no se reproduzca un dolor limitante.
    • Skipping o carrera con elevación de rodillas moderada:
      • Ejercicio útil para reintroducir la fase de carrera y mejorar la respuesta del tobillo.
      • Mantener la técnica y no abusar del volumen al inicio.
  3. Entrenamiento funcional y específico deportivo
    • Carrera continua progresiva:
      • Iniciar con trote ligero o “caco” (caminar-correr), vigilando posibles molestias en el tendón.
      • Aumentar la duración y la velocidad en función de la respuesta al dolor.
    • Cambios de dirección y sprints cortos:
      • Sólo recomendados en las últimas semanas (11-12), y para pacientes que practiquen deportes de alta demanda (fútbol, baloncesto, etc.).
      • Realizar ejercicios de zigzag, frenadas y arranques cortos, progresando de menor a mayor intensidad.
  4. Consejos adicionales en esta fase:
    • Realizar un seguimiento semanal o quincenal con el profesional sanitario para valorar la evolución y los posibles ajustes en la rutina.
    • Mantener una adecuada sesión de calentamiento previa a los ejercicios de mayor exigencia y un enfriamiento posterior con estiramientos.
    • Vigilar signos de sobreentrenamiento o inflamación que requieran reducir la carga temporalmente.

7. Estiramientos y Técnicas de Flexibilidad

La flexibilidad y la movilidad articular son pilares fundamentales en la prevención y recuperación de las lesiones del tendón de Aquiles. Los estiramientos adecuados no sólo mejoran la amplitud de movimiento, sino que facilitan la alineación correcta de las fibras de colágeno, sobre todo en fases de remodelación del tendón. A continuación, se detallan diversas técnicas con un enfoque más amplio y profundo.

7.1. Estiramiento de Gastrocnemio y Sóleo

  1. Estiramiento de Gastrocnemio en pared
    • Posición inicial:
      • Colócate frente a una pared, con ambas manos apoyadas en ella a la altura del pecho.
      • Adelanta la pierna no lesionada y retrasa la pierna lesionada (o la pierna a estirar).
    • Ejecución:
      • Mantén la pierna de atrás extendida y el talón apoyado en el suelo.
      • Flexiona la rodilla de la pierna adelantada hasta sentir tensión en la pantorrilla posterior.
      • Sostén el estiramiento 20-30 segundos, relaja y repite 2-3 veces.
    • Consejos:
      • Mantén la columna alineada y evita forzar en exceso la posición si aparece dolor notable.
      • Cuanto más lejos coloques el pie posterior, mayor será la intensidad del estiramiento.
  2. Estiramiento de Sóleo con flexión de rodilla
    • Posición inicial:
      • La misma colocación frente a la pared que en el estiramiento del gastrocnemio.
    • Ejecución:
      • Flexiona ligeramente la rodilla de la pierna posterior, manteniendo el talón en contacto con el suelo.
      • Sentirás el estiramiento más focalizado en la zona del sóleo (por debajo de los gemelos).
      • Mantén 20-30 segundos, descansa 10 segundos y repite 2-3 veces.
    • Consejos:
      • Controla la inclinación del tronco; no arquees excesivamente la zona lumbar.
      • El estiramiento debe ser progresivo, sin causar dolor agudo.
  3. Variante con banda elástica (en sedestación o decúbito supino)
    • Posición inicial:
      • Sentado en el suelo con la pierna estirada, o tumbado boca arriba.
      • Coloca una banda elástica o toalla alrededor del antepié.
    • Ejecución:
      • Tira suavemente de los extremos de la banda hacia ti, manteniendo la rodilla extendida (para el gastrocnemio) o ligeramente flexionada (para el sóleo).
      • Mantén 20 segundos y descansa 5-10 segundos. Repite 2-3 veces por sesión.
    • Ventajas:
      • Muy útil si la persona no puede mantener el estiramiento de pie o necesita un control más preciso de la intensidad.

7.2. Movilidad de Tobillo y Pie

Una óptima movilidad de tobillo es esencial para la mecánica de la marcha y la carrera. La presencia de rigidez puede provocar compensaciones que sobrecarguen el tendón de Aquiles.

  1. Rotaciones de tobillo en decúbito supino
    • Posición inicial:
      • Tumbado boca arriba, con la pierna relajada y el tobillo libre para moverse.
    • Ejecución:
      • Realizar círculos con el pie en sentido horario y antihorario, 10 repeticiones por cada sentido.
      • Controlar la amplitud para evitar dolor; el objetivo es alcanzar gradualmente mayor rango de movilidad.
  2. Flexión y extensión activa con apoyo
    • Posición inicial:
      • Sentado en una silla, con el talón apoyado en el suelo y la punta del pie levantada.
    • Ejecución:
      • Flexiona plantarmente el tobillo presionando la punta del pie contra el suelo (sin levantar el talón) y luego extiende el tobillo elevando la punta.
      • Haz 10-15 repeticiones lentas, notando cómo se moviliza la articulación.
    • Beneficios:
      • Favorece la lubricación articular y reduce la rigidez matutina típica de la tendinopatía.
  3. Automasaje y liberación miofascial
    • Puede complementar los estiramientos y mejorar la extensibilidad de los tejidos blandos de la pantorrilla.
    • Utilizar un rodillo de espuma o una pelota de lacrosse en la zona del tríceps sural, rodando lentamente y manteniendo la presión en puntos más dolorosos o tensos.
    • Realizar 2-3 minutos por pierna, antes o después de los estiramientos, según preferencias y tolerancia.

8. Fortalecimiento y Propiocepción

El fortalecimiento de la musculatura implicada en la flexión plantar y la mejora de la propiocepción son fundamentales para la recuperación completa de una lesión en el tendón de Aquiles. Una vez controlada la fase de dolor agudo, el programa de ejercicios debe ser progresivo, combinando carga excéntrica, concéntrica y elementos de equilibrio que preparen al paciente para su retorno a la actividad física y deportiva.

8.1. Ejercicios de Carga Excéntrica y Heavy Slow Resistance (HSR)

  1. Razonamiento detrás de la carga excéntrica:
    • Los ejercicios excéntricos se centran en la fase de “bajada” o alargamiento muscular bajo tensión, un estímulo muy efectivo para la remodelación de las fibras de colágeno en el tendón.
    • Se ha observado que la carga excéntrica estimula la síntesis de colágeno tipo I, refuerza la estructura tendinosa y mejora la capacidad de absorción de fuerzas.
    • En lesiones crónicas del tendón de Aquiles, la adopción de protocolos excéntricos (como el programa de Alfredson) o variantes HSR produce resultados positivos tanto en la disminución del dolor como en el aumento de la función.
  2. Protocolo básico de ejercicios HSR:
    • Velocidad lenta y controlada:
      • Se recomienda un ritmo de 3-4 segundos para la fase concéntrica (subir el talón) y 3-4 segundos para la fase excéntrica (bajarlo).
    • Progresión de la carga:
      • Iniciar con el propio peso corporal. Cuando el dolor y la técnica lo permitan, añadir carga externa (mancuernas, pesas en tobilleras o máquinas de gimnasio).
    • Número de repeticiones y series:
      • Una pauta frecuente incluye 3-4 series de 6-8 repeticiones, al menos 2-3 veces por semana.
    • Niveles de dolor aceptables:
      • Mantener un rango de dolor de 0-3/10 durante el ejercicio. Si el dolor supera 5-6/10, reducir la carga o las repeticiones.
  3. Variantes específicas:
    • Elevaciones de talón unipodales en escalón con lastre:
      • Subir lentamente 3 segundos, mantener 1 segundo, bajar 3 segundos.
      • Si se tolera, sujetar una mancuerna con la mano contraria al pie de apoyo para enfatizar la carga.
    • Prensa de piernas con énfasis en la fase excéntrica:
      • Al empujar con ambas piernas, se busca luego la fase de bajada con la pierna lesionada, controlando la carga y la velocidad.

8.2. Entrenamiento de la Propiocepción y Equilibrio

  1. Importancia de la reeducación neuromuscular:
    • Después de una lesión o periodo de inactividad, la capacidad de la musculatura y los receptores articulares para “responder” con precisión se ve afectada.
    • Esto puede incrementarse si existen alteraciones en la pisada o inestabilidades asociadas.
    • Ejercicios de equilibrio y propiocepción fomentan la adaptación rápida y la prevención de futuros esguinces o recidivas en el tendón.
  2. Ejercicios progresivos de propiocepción:
    • Equilibrio unipodal con ojos abiertos y cerrados:
      • Mantener 20-30 segundos en cada pierna. Al cerrar los ojos, se reduce la entrada de información visual, aumentando la demanda en los receptores propioceptivos.
    • Uso de superficies inestables (bosu, balance board, colchonetas gruesas):
      • Empezar con apoyo bipodal y progresar a unipodal.
      • Se pueden añadir movimientos de brazos o giros de tronco para incrementar la dificultad.
    • Ejercicios de coordinación dinámica (p.ej., lanzar una pelota a la pared o a otra persona mientras se mantiene el equilibrio unipodal):
      • Integran la propiocepción con la coordinación ojo-mano, útiles para deportes donde la habilidad motora es compleja.
  3. Integración con la actividad deportiva o funcional:
    • A medida que el paciente mejore, incluir simulaciones de movimientos habituales de su deporte (cambios de dirección, pequeños saltos, desplazamientos laterales), siempre bajo supervisión profesional y con una progresión acorde al dolor y la capacidad física.

8.3. Progress Tracking: Cómo evaluar avances en fuerza y estabilidad

  1. Escalas de dolor y función:
    • Uso de escalas visuales analógicas (EVA) para el dolor antes, durante y después del ejercicio.
    • Cuestionarios específicos (VISA-A, para tendinopatías de Aquiles) que valoran el dolor, la función y la capacidad de realizar actividades cotidianas y deportivas.
  2. Medición de la fuerza máxima y resistencia:
    • Se pueden realizar tests de elevación de talones unipodales hasta la fatiga, comparando el lado afectado y el lado sano.
    • En entornos clínicos avanzados, se utilizan dinamómetros isocinéticos para medir la fuerza de flexión plantar a distintas velocidades.
  3. Estabilidad y control postural:
    • Tests con plataformas de estabilometría que valoran la variación del centro de presiones durante la bipedestación.
    • Observación clínica y subjetiva: la capacidad de mantener equilibrio unipodal sobre superficies inestables sin grandes oscilaciones ni compensaciones.

8.4. Frecuencia de las sesiones y pautas de carga

  1. Frecuencia mínima recomendada:
    • Generalmente, 3-4 sesiones semanales que incluyan fortalecimiento y propiocepción pueden resultar suficientes para la fase intermedia y avanzada.
    • En la fase inicial, la frecuencia puede ser menor o adaptarse según la tolerancia al dolor.
  2. Principio de la sobrecarga progresiva:
    • Incrementar gradualmente la resistencia, el número de repeticiones o la complejidad de los ejercicios.
    • Respetar períodos de descanso o días de recuperación para permitir la adaptación tisular y evitar recaídas.
  3. Pautas de carga tras la mejora del dolor:
    • Una vez que el paciente logre realizar los ejercicios con poco o ningún dolor, se aumenta la intensidad o carga.
    • Si aparece dolor excesivo, se reduce temporalmente el volumen o la dificultad y se reevalúa.

9. Biomecánica de la Marcha y Corrección de Factores Contribuyentes

La biomecánica de la marcha y la carrera juega un papel fundamental en la aparición y cronificación de las lesiones del tendón de Aquiles. Pequeñas alteraciones en la pisada, el ángulo de ataque del pie o la forma de distribuir las cargas pueden generar tensiones anómalas que impidan la recuperación total y favorezcan recaídas.

9.1. Evaluación biomecánica y análisis de la marcha

  1. Estudio de la pisada:
    • Mediante plataformas de presiones o cintas de correr con análisis de video, se puede observar la secuencia de apoyo y detectar hiperapoyos o hiperpronaciones.
    • Factores como un retropié valgo o varo, una pronación excesiva o un acortamiento del tendón de Aquiles influyen en la distribución de fuerzas.
  2. Análisis de la carrera (Running Gait Analysis):
    • El paciente corre en una cinta mientras se graba en vídeo (desde distintos ángulos).
    • Se evalúan la cadencia, el ángulo de impacto, la amplitud de la zancada y la alineación de la rodilla, tobillo y cadera.
    • Se determinan posibles compensaciones que afectan al tendón de Aquiles, como una sobreextensión de la rodilla o un aterrizaje excesivamente adelantado del pie.
  3. Evaluación de la movilidad articular y la flexibilidad muscular:
    • Se revisa la dorsiflexión de tobillo, la flexión de rodilla y cadera, y la elongación de los músculos isquiotibiales.
    • Limitaciones en alguno de estos rangos pueden aumentar la tensión sobre el tendón de Aquiles durante la fase de apoyo o despegue.

9.2. Corrección de alteraciones anatómicas y funcionales

  1. Plantillas y ortesis personalizadas:
    • En caso de detectarse hiperpronación o mal alineamiento significativo, las plantillas pueden alinear el pie y disminuir el estrés en el tendón.
    • El uso de cuñas o calzado con cierto “drop” puede reducir la tensión en la zona del Aquiles durante la fase de contacto y propulsión.
  2. Técnicas de reeducación de la marcha o carrera:
    • Incremento de la cadencia (pasos por minuto):
      • Una ligera elevación de la cadencia (por ejemplo, de 160 a 170 ppm) puede reducir el impacto en el tobillo y rodilla.
    • Toma de contacto con el mediopié:
      • Para algunos corredores, aterrizar demasiado con el talón puede sobrecargar el tendón de Aquiles; sin embargo, la transición a un apoyo de mediopié o antepié debe ser progresiva y supervisada.
    • Entrenamiento de la postura y la inclinación del tronco:
      • Mantener una ligera inclinación del cuerpo hacia delante puede mejorar la alineación general y reducir la fuerza reactiva de impacto.
  3. Fortalecimiento de la musculatura sinérgica:
    • Además de trabajar el tríceps sural, es crucial reforzar la musculatura de la cadera y del core.
    • Un glúteo medio débil, por ejemplo, podría afectar la estabilidad de la rodilla y, en consecuencia, la alineación del tobillo.

9.3. Cambios en la técnica de carrera y ajustes de calzado

  1. Selección del calzado adecuado:
    • El calzado debe proveer un soporte estable, buena amortiguación (en función del tipo de pisada y la distancia recorrida) y un drop adecuado.
    • En casos de tendinopatía insercional, a veces se recomienda un calzado con un drop algo más elevado para reducir la dorsiflexión excesiva del tobillo.
  2. Transición gradual a nuevas técnicas o tipos de zapatillas:
    • Cambiar bruscamente la técnica de carrera o el tipo de zapatilla (por ejemplo, minimalista) puede desencadenar nuevas sobrecargas.
    • Se recomienda implementar cambios de forma escalonada, permitiendo la adaptación muscular y tendinosa.
  3. Reevaluaciones periódicas:
    • Es aconsejable que, cada pocas semanas, el paciente o deportista realice un nuevo análisis biomecánico para confirmar la eficacia de las correcciones e identificar posibles fallos que requieran ajustes.

10. Opciones Complementarias de Tratamiento

Aunque el pilar fundamental de la recuperación suele ser la rehabilitación activa y progresiva, existen opciones complementarias:

10.1. Uso de Ortesis y Calzado Específico

Las cuñas en el talón o plantillas personalizadas pueden disminuir la tensión en el tendón y aliviar el dolor, especialmente en la fase inicial. Es esencial realizar una evaluación biomecánica integral para la selección adecuada del calzado.

10.2. Terapias Físicas (Ondas de Choque, Láser, etc.)

  • Ondas de choque (ESWT): Diversas guías clínicas consideran que pueden estimular la reparación tendinosa y aliviar la sintomatología en tendinopatías crónicas.
  • Láser y Ultrasonidos: Aunque su evidencia es más variable, se usan como coadyuvantes para disminuir el dolor y favorecer la regeneración.

10.3. Control del Dolor y la Inflamación

El uso prudente de AINEs (Antiinflamatorios No Esteroideos) puede ser útil a corto plazo para reducir la molestia. Sin embargo, su uso prolongado podría alterar los procesos de curación del tendón. La aplicación de compresas frías o calor local depende de la fase de la lesión y la tolerancia individual.

10.4. Aplicaciones de PRP y Otros Tratamientos Biológicos

Algunos estudios recientes evalúan la infiltración con plasma rico en plaquetas (PRP) para acelerar la cicatrización. Sus resultados son mixtos, aunque prometedores en ciertos contextos. La decisión de utilizar PRP debe ser individualizada, tras valorar coste, evidencia disponible y expectativa real de beneficios.


11. Preguntas Frecuentes de los Pacientes

  1. ¿Cuánto dolor es normal sentir durante los ejercicios de rehabilitación?
    Es habitual experimentar un dolor leve o tolerable al iniciar ejercicios de carga; sin embargo, un dolor intenso que persista varias horas o se incremente al día siguiente indica exceso de carga.
  2. ¿Necesito cirugía para mi tendinopatía de Aquiles?
    La mayoría de los casos de tendinopatía se resuelven con un programa de rehabilitación adecuado y un control de factores de riesgo. La cirugía suele reservarse para casos refractarios a tratamientos conservadores.
  3. ¿Cuándo podré volver a correr o saltar?
    Suele recomendarse esperar al menos hasta la fase avanzada de la rehabilitación (después de la semana 9-12), dependiendo de la evolución individual. Es fundamental no forzar la vuelta precoz a actividades intensas.
  4. ¿El reposo total es aconsejable?
    No. Se suele optar por un “reposo relativo” y una rehabilitación activa. La inactividad completa puede debilitar aún más la estructura tendinosa y prolongar la recuperación.
  5. ¿Los masajes ayudan en la tendinopatía?
    Pueden aliviar la tensión muscular asociada y mejorar la circulación, pero no sustituyen la rehabilitación con ejercicios de carga específicos.

12. Prevención y Rutinas de Mantenimiento

La mejor estrategia para evitar recaídas es mantener ejercicios regulares de fortalecimiento y estiramiento del complejo tríceps sural-tendón de Aquiles. Además, se aconseja:

  • Aumentar la intensidad de entrenamiento de manera gradual.
  • Utilizar un calzado adecuado, con buen soporte.
  • Controlar el peso corporal y evitar el sobrepeso.
  • Respetar los períodos de descanso y la recuperación activa.

13. Conclusión

La rehabilitación del tendón de Aquiles requiere un enfoque progresivo y multidisciplinar, donde la educación del paciente y la adaptación de los ejercicios según la tolerancia al dolor son claves para el éxito. Un plan de 12 semanas ofrece una hoja de ruta fiable, basada en la evidencia científica más actual, que permite la curación paulatina y el fortalecimiento del tendón, reduciendo el riesgo de recaídas.

Al concluir este proceso, se espera que el paciente no solo se recupere de su lesión, sino que adquiera estrategias de prevención a largo plazo. Para garantizar la adecuada personalización del tratamiento y el mejor pronóstico, siempre es recomendable contar con la supervisión de un especialista en traumatología y medicina deportiva. Si te encuentras en Granada (España) o cercanías y necesitas asesoramiento personalizado, el Dr. Eugenio Díaz, Traumatólogo Especialista en lesiones del tendón de Aquiles, puede ayudarte a trazar el camino más seguro hacia tu recuperación total.


 

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