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Rehabilitación rotura fibrilar Gemelo Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz

 

La rotura fibrilar de gemelos, también conocida como “calf strain” o “calf muscle tear” en el ámbito médico internacional, es una lesión frecuente en deportistas y personas activas, pero puede ocurrir también en individuos sedentarios o en quienes realizan esfuerzos puntuales e intensos. Generalmente, afecta al músculo gastrocnemio, aunque a veces involucra el sóleo o incluso ambas estructuras al mismo tiempo (complejo gastrocnemio-sóleo).

Cuando se habla de una rotura fibrilar de gemelos con un tiempo de evolución de aproximadamente 9 semanas, nos referimos a un periodo en el que ya ha transcurrido la fase aguda y la fase subaguda de la lesión. Sin embargo, el proceso de cicatrización, readaptación y rehabilitación funcional puede prolongarse más allá de ese tiempo, dependiendo de factores como la gravedad de la lesión, la edad del paciente, su estado de forma, la calidad del tratamiento inicial y la adhesión a los programas de ejercicios.

Este artículo pretende ofrecer una visión integral, basada en las investigaciones científicas publicadas en revistas médicas de alto impacto, sobre los ejercicios, estiramientos y plan de rehabilitación para una rotura fibrilar de gemelos de 9 semanas de evolución. Se busca, además, que el paciente o lector adquiera conocimientos sólidos y confiables, con la finalidad de comprender mejor su lesión, mejorar sus expectativas de recuperación y, por supuesto, optimizar sus resultados a largo plazo.

A continuación, se presenta un índice con los temas principales que se abordarán. Si bien muchos pacientes desean respuestas rápidas, recomendamos leer cada sección con detenimiento para tener una visión completa. Este texto se adapta, en la medida de lo posible, a un lenguaje comprensible y didáctico para el paciente, sin dejar de incluir ciertos detalles técnicos que reflejan la actualidad científica.


Tabla de Contenido

Índice

  1. Conceptos Básicos de la Rotura Fibrilar de Gemelos
  2. Causas y Factores de Riesgo
  3. Síntomas y Evolución Clínica a las 9 Semanas
  4. Principios de la Rehabilitación de la Rotura Fibrilar de Gemelos
  5. Plan de Rehabilitación Específico a las 9 Semanas
  6. Ejercicios de Estiramiento y Flexibilidad
  7. Ejercicios de Fortalecimiento Muscular
  8. Importancia de la Biomecánica y la Corrección Postural
  9. Prevención de Recaídas y Mantenimiento a Largo Plazo
  10. Preguntas Frecuentes de los Pacientes
  11. Conclusión
  12. Referencias Bibliográficas

1. Conceptos Básicos de la Rotura Fibrilar de Gemelos

La rotura fibrilar de gemelos es una lesión muscular en la que se produce un desgarro de las fibras del músculo gastrocnemio (y/o, en algunos casos, del sóleo). El gastrocnemio forma parte del músculo tríceps sural junto con el sóleo, y se localiza en la parte posterior de la pierna. Este músculo es fundamental para actividades como caminar, correr, saltar y elevar el talón.

En una rotura fibrilar, las fibras musculares se desgarran. La gravedad puede variar desde lesiones microscópicas (distensión menor) hasta roturas completas. Suele clasificarse según grados (I, II y III), siendo el grado III el más severo. A las 9 semanas de la lesión, el proceso de curación tisular y la consiguiente rehabilitación deben estar bien encaminados, aunque no siempre con una recuperación al 100%. En función de la profundidad y localización de la rotura, el tejido cicatricial, la fuerza y la flexibilidad pueden seguir mejorando más allá de las 8-10 semanas.


2. Causas y Factores de Riesgo

La evidencia científica recopilada en estudios en deportistas de élite señala las siguientes causas y factores de riesgo:

  • Sobrecarga repentina: Movimientos explosivos (sprints, saltos) o cambios bruscos de dirección.
  • Mal calentamiento: Saltarse el calentamiento o realizarlo de forma inadecuada incrementa el riesgo de lesiones musculares.
  • Fatiga muscular: La acumulación de fatiga reduce la capacidad de respuesta y el control neuromuscular.
  • Alteraciones biomecánicas: Desequilibrios posturales, problemas en la pisada o discrepancias de longitud en miembros inferiores.
  • Falta de flexibilidad: Un rango de movimiento limitado puede generar tensiones excesivas.
  • Antecedentes de lesiones previas: Una antigua rotura de gemelos, tendinitis de Aquiles u otras lesiones relacionadas.
  • Edad y estado de condición física: A mayor edad, la elasticidad muscular disminuye, aumentando la susceptibilidad a roturas.

Comprender estas causas es esencial para orientar un plan de rehabilitación y prevención que minimice el riesgo de recaída.


3. Síntomas y Evolución Clínica a las 9 Semanas

En general, los síntomas iniciales de una rotura fibrilar de gemelos incluyen dolor súbito, sensación de “latigazo” o tirón en la parte posterior de la pierna, inflamación local y dificultad para apoyar el pie o caminar correctamente. Con el paso de las semanas, el dolor agudo tiende a disminuir, la inflamación cede, pero pueden persistir molestias al estirar el músculo o realizar esfuerzos.

A las 9 semanas, muchos pacientes se encuentran en una fase funcional relativamente avanzada, con capacidad para caminar sin dolor, aunque puedan notar limitaciones o miedo al realizar esfuerzos máximos (correr con intensidad, saltar, impulsarse sobre la punta del pie). El tejido cicatricial formado durante la curación puede estar todavía remodelándose, por lo que el riesgo de reagudización o relesión no es despreciable. Además, algunos pacientes experimentan rigidez matutina, sobre todo si no han mantenido un programa de estiramientos adecuado.


4. Principios de la Rehabilitación de la Rotura Fibrilar de Gemelos

La rehabilitación debe estructurarse en fases. Cada una se centra en objetivos concretos que van desde la reducción del dolor y la inflamación hasta la recuperación de la fuerza máxima y el control neuromuscular. A continuación, se describen las fases de manera general, teniendo en cuenta que a las 9 semanas ya nos situamos en una fase avanzada.

4.1 Fase Aguda

  • Duración aproximada: 0-2 semanas.
  • Objetivos: Disminuir dolor, edema e inflamación; proteger la zona lesionada.
  • Medidas: Reposo relativo (evitar actividades que provoquen dolor agudo), hielo, compresión, elevación (método RICE/PRICE/PRICES), vendajes funcionales, analgesia si está indicada, suaves ejercicios isométricos sin dolor.

4.2 Fase Subaguda

  • Duración aproximada: 2-6 semanas.
  • Objetivos: Comenzar la movilización progresiva, introducir ejercicios de fortalecimiento suave y estiramientos leves, mejorar la circulación y la calidad del tejido cicatricial.
  • Medidas: Ejercicios isométricos más exigentes, ejercicio aeróbico ligero (bicicleta estática, natación suave), estiramientos controlados, inicio de ejercicios de estabilidad y propiocepción.

4.3 Fase de Reacondicionamiento Funcional

  • Duración aproximada: 6-10 semanas.
  • Objetivos: Aumentar fuerza, resistencia muscular, rango de movimiento, coordinación y control neuromuscular para actividades más exigentes.
  • Medidas: Ejercicios de contracción concéntrica y excéntrica, ejercicios de equilibrio y propiocepción en superficies inestables, cargas progresivas (uso de bandas elásticas, pesas ligeras), trote suave, ejercicios de salto (bajos) y cambios de dirección de manera cautelosa.

4.4 Fase de Retorno al Deporte o Actividad Plena

  • Duración aproximada: A partir de 10-12 semanas (o más, según la gravedad).
  • Objetivos: Preparar al músculo para la máxima exigencia deportiva, mitigar el riesgo de recaída y recuperar la confianza del paciente en su extremidad lesionada.
  • Medidas: Ejercicios pliométricos, sprints progresivos, fortalecimiento máximo, simulación de gestos deportivos específicos y test funcionales antes del alta.

5. Plan de Rehabilitación Específico de 9 Semanas

Llegados a las 9 semanas tras la lesión, el paciente se halla generalmente en una etapa de rehabilitación avanzada, en la que ya se han superado las fases iniciales de reposo relativo, disminución del dolor y primeras movilizaciones suaves. No obstante, esta fase todavía requiere un abordaje cuidadoso y sistemático para optimizar la fuerza, la flexibilidad y, sobre todo, la función real de la pantorrilla en el día a día o en el ámbito deportivo.

A grandes rasgos, el objetivo principal en este momento del proceso es readaptar el músculo gastrocnemio (y sóleo) a cargas más intensas, introduciendo progresivamente movimientos y gestos que se asemejen a los de la actividad física o deporte habitual del paciente. Para ello, debemos incidir en cuatro pilares centrales:

  1. Fortalecimiento excéntrico.
  2. Ejercicios de propiocepción y control neuromuscular.
  3. Estiramientos progresivos y trabajo de flexibilidad.
  4. Reintroducción gradual del movimiento funcional y deportivo (carrera, saltos y giros).

En la práctica, el programa se diseña con la idea de que las fibras musculares en proceso de curación se vean estimuladas a reorganizarse de la manera más funcional posible, evitando formaciones cicatriciales excesivamente rígidas y reduciendo el riesgo de microrroturas en la misma zona.

5.1 Focalización en el Fortalecimiento Excéntrico

El entrenamiento excéntrico consiste en trabajar la fase de alargamiento del músculo mientras soporta una carga. La relevancia de este tipo de trabajo radica en que las contracciones excéntricas generan una mayor tensión en el músculo que las concéntricas, lo cual promueve una adaptación más robusta y una mayor resistencia a futuras roturas.

  • Ejemplo de protocolo:
    • Elevación unilateral de talones en step: Subimos con ambas piernas hasta colocarnos de puntillas (acción concéntrica), para luego descender lentamente en 3-4 segundos únicamente con la pierna lesionada, controlando el peso del cuerpo.
    • Frecuencia y repeticiones: Se suelen recomendar de 2 a 3 series de 8-12 repeticiones, de 3 a 4 veces por semana, siempre valorando la tolerancia al dolor y respetando los descansos.

La literatura explica que el entrenamiento excéntrico no solo refuerza las fibras musculares restantes, sino que estimula la maduración de la cicatriz, “alineando” de forma más funcional las nuevas estructuras de colágeno. Es importante progresar gradualmente en la carga: se puede comenzar con el peso del propio cuerpo y, en la medida en que se tolere sin dolor, añadir lastres ligeros o usar chalecos de peso.

5.2 Ejercicios de Propiocepción y Control Neuromuscular

A medida que avanza la rehabilitación, las capacidades de equilibrio, reflejos y coordinación deben reeducarse para prevenir recaídas. El daño muscular y el periodo de inactividad relativo influyen en la sensibilidad propioceptiva y en la capacidad del sistema nervioso para controlar eficazmente la musculatura de la pantorrilla.

  • Superficies inestables: Usar un bosu, colchoneta blanda o plataformas de equilibrio para trabajar el control de la postura monopodal (a una sola pierna).
  • Integración de gestos deportivos: Realizar ejercicios con balones, conos o picas, donde se impliquen cambios de dirección ligeros, de forma gradual.
  • Progresión: Empezar con el apoyo estático (mantener el equilibrio durante 20-30 segundos en un solo pie), luego introducir movimientos dinámicos (por ejemplo, flexionar la rodilla mientras mantienes el equilibrio), para, finalmente, incorporar pequeños saltos.

Estos ejercicios permiten que el paciente recupere la “memoria neuromuscular” esencial para reaccionar ante cambios bruscos de dirección o de velocidad, algo especialmente valioso para deportistas. Varias investigaciones (Heiderscheit et al., 2021) señalan que descuidar la propiocepción puede conllevar una recuperación muscular incompleta, traduciéndose en mayor probabilidad de recaída.

5.3 Estiramientos Progresivos y Flexibilidad

Entre las 7 y 12 semanas de la lesión, la formación de la cicatriz está avanzada, pero no totalmente finalizada. En este periodo, el estiramiento desempeña un papel crucial para evitar la rigidez y garantizar un rango de movimiento adecuado.

  • Tipo de estiramientos:
    • Estiramientos estáticos mantenidos (20-30 segundos).
    • Ejercicios de liberación miofascial con foam roller para la parte posterior de la pierna.
  • Dosificación: Se recomiendan de 3 a 5 repeticiones por ejercicio, varias veces al día, evitando siempre el “rebote balístico” y deteniéndose ante un dolor intenso.

La clave está en aumentar de forma gradual la intensidad para no irritar la zona lesionada y permitir que la cicatrización se beneficie de los estiramientos, en lugar de verse comprometida.

5.4 Movilizaciones y Terapia Manual

La terapia manual puede agilizar el proceso de recuperación en esta fase. Fisioterapeutas especializados pueden realizar maniobras de liberación de adherencias, masajes de fricción transversal o movilizaciones suaves de la fascia que rodea al músculo. Todo ello contribuye a:

  • Mejorar la microcirculación.
  • Disminuir posibles nudos o tensiones derivados de la cicatriz.
  • Aumentar la extensibilidad del tejido lesionado.

Siempre se ha de respetar la tolerancia del paciente, evitando maniobras dolorosas o agresivas que puedan irritar en exceso la zona.

5.5 Entrenamiento Funcional: Carrera, Saltos y Giros

Un aspecto primordial a las 9 semanas es la reinserción progresiva en actividades funcionales. El retorno a la carrera, saltos o deportes de impacto debe hacerse de forma sistemática:

  1. Carrera continua ligera: Empezar con trote suave en superficies lisas.
  2. Carrera con cambios de ritmo: Introducir fases cortas de sprint muy controlado, evaluando la respuesta del músculo.
  3. Ejercicios pliométricos básicos: Saltos verticales de baja altura, multisaltos cortos, saltos a un escalón bajo, etc.
  4. Giros y cambios de dirección: Introducir movimientos de zigzag, siempre con la supervisión de un profesional si el paciente practica deportes como tenis, fútbol o baloncesto.

El objetivo es fomentar una respuesta muscular coordinada ante exigencias crecientes. Se recomienda valorar la respuesta del músculo después de cada sesión (dolor, inflamación, rigidez excesiva) para no sobrecargar en exceso. La paciencia y la escucha activa del cuerpo siguen siendo factores determinantes en esta etapa.


6. Ejercicios de Estiramiento y Flexibilidad

Aunque a menudo se subestiman, los estiramientos constituyen un pilar fundamental en la rehabilitación de la rotura fibrilar de gemelos, sobre todo cuando el objetivo es lograr una recuperación completa sin pérdida de rendimiento o aparición de desequilibrios musculares.

En la fase de 9 semanas, el músculo ha progresado en la regeneración de las fibras dañadas, pero la cicatriz sigue en remodelación. Los estiramientos, por tanto, ayudan a:

  1. Prevenir contracturas y rigidez muscular.
  2. Mantener y mejorar la elasticidad del músculo gastrocnemio y el sóleo.
  3. Evitar compensaciones que podrían derivar en futuras lesiones (por ejemplo, sobrecargas en la rodilla o el tendón de Aquiles).
  4. Disminuir la tensión residual y favorecer la sensación de confort.

6.1 Estiramiento del Gastrocnemio

  • Cómo realizarlo:
    1. Sitúate de pie frente a una pared o un soporte estable.
    2. Apoya las manos sobre la pared y adelanta la pierna sana, flexionándola ligeramente por la rodilla.
    3. La pierna lesionada se queda atrás con la rodilla totalmente extendida y el talón apoyado en el suelo.
    4. Mantén la cadera orientada hacia adelante, sin rotar el tronco.
    5. Sentirás el estiramiento en la parte alta de la pantorrilla.
    6. Mantén 20-30 segundos, descansa y repite 2-3 veces.
  • Puntos clave:
    • Evitar hiperextender la rodilla trasera más allá de un punto cómodo.
    • Mantener la pelvis en posición neutra.
    • Sentir tensión, no dolor punzante.

6.2 Estiramiento del Sóleo

  • Cómo realizarlo:
    1. Mismo posicionamiento inicial que en el ejercicio anterior.
    2. En esta ocasión, flexiona levemente la rodilla de la pierna lesionada (la atrasada).
    3. Asegúrate de que el talón permanece en contacto con el suelo.
    4. Notarás el estiramiento más focalizado en la parte inferior de la pantorrilla, donde el sóleo es protagonista.
    5. Mantén 20-30 segundos y repite 2-3 veces.
  • Puntos clave:
    • Controlar la flexión de la rodilla para no desviar la tensión hacia otros grupos musculares.
    • Mantener el tronco erguido y la mirada al frente.

6.3 Pautas Generales y Progresiones

  • Frecuencia: Se recomienda realizar estiramientos al menos 3-4 veces por semana, preferentemente después de sesiones de trabajo de fuerza o carrera suave.
  • Duración: De 20 a 30 segundos por repetición, con descanso breve entre series.
  • Intensidad: Se debe buscar un punto de molestia ligera o moderada, pero nunca un dolor intenso o punzante.
  • Técnicas avanzadas: Cuando el paciente tenga buena tolerancia, se pueden emplear métodos de Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (FNP), en los cuales se alternan fases de contracción isométrica y relajación para lograr un mayor rango de movimiento.

6.4 Estiramiento y Cicatriz

La adaptación de la cicatriz en la zona muscular depende, en buena medida, de la tensión controlada y periódica que se aplica sobre ella durante la rehabilitación. Un estiramiento sistemático y progresivo ayuda a que las fibras de colágeno se orienten de forma más alineada y flexible, reduciendo la formación de puntos de rigidez o adherencias internas.

En caso de notar signos de irritación (dolor que se mantiene durante horas, inflamación evidente, pinchazos repetidos), conviene revisar la intensidad de los estiramientos o consultar con el fisioterapeuta para ajustar la pauta.


7. Ejercicios de Fortalecimiento Muscular

El fortalecimiento constituye uno de los pilares esenciales de la rehabilitación de rotura fibrilar de gemelos, no solo para recuperar la fuerza previa a la lesión, sino también para mejorar la resistencia y la tolerancia a tensiones que puedan desencadenar recaídas. A las 9 semanas de evolución, el músculo está listo para asumir cargas progresivamente más altas, siempre que se respeten las reacciones del cuerpo y las guías del profesional sanitario.

7.1 Ejercicios Isométricos

Los ejercicios isométricos son aquellos en los que el músculo se contrae sin que haya un cambio significativo en su longitud. Al inicio de la rehabilitación se utilizan para activar el músculo sin correr demasiados riesgos. Aun en la etapa de 9 semanas, siguen siendo válidos para:

  1. Mantener el tono en días de descanso de cargas más intensas.
  2. Reforzar la conexión neuromuscular y mejorar la resistencia a la fatiga.
  • Ejemplo práctico:
    • Empuje contra la pared: Con la pierna lesionada ligeramente adelantada, empuja la punta del pie contra la pared intentando extender el tobillo y contrayendo el gemelo. Mantén 6-8 segundos y descansa el mismo tiempo. Repite 8-10 veces.

7.2 Ejercicios Concéntricos

En la contracción concéntrica, el músculo se acorta mientras vence una resistencia. Este tipo de ejercicio es fundamental para el desarrollo de la fuerza básica y la hipertrofia muscular.

  • Elevaciones de talones (bipodales o unipodales):
    1. De pie, con los pies separados al ancho de hombros, eleva ambos talones para ponerte de puntillas.
    2. Controla el movimiento de subida en 1-2 segundos y desciende de manera controlada (1-2 segundos).
    3. A medida que avances, prueba la variante unipodal (solo con la pierna lesionada), aumentando la dificultad y la carga.
    4. Realiza 2-4 series de 10-12 repeticiones, según tolerancia.
  • Prensa de piernas con énfasis en la extensión plantar:
    1. En una máquina de prensa de piernas, coloca los pies de modo que la parte anterior quede ligeramente expuesta, permitiendo un trabajo de los gemelos al final del recorrido.
    2. Tras extender las rodillas, realiza la punta de pies para activar el tríceps sural.
    3. Evita hiperextensión de rodillas y vigila la espalda.

7.3 Ejercicios Excéntricos

Tal como se mencionó en el apartado 6.1, los ejercicios excéntricos ofrecen un estímulo superior de fuerza y resistenciaal permitir que el músculo se alargue bajo una carga controlada. Son esenciales en la fase de 9 semanas, donde se pretende que el tejido cicatricial adquiera propiedades óptimas para resistir exigencias futuras.

  • Ejemplo de progresión:
    1. Baja con control: Sube con ambas piernas y desciende en 3-4 segundos solo con la pierna lesionada.
    2. Añade peso: Una vez domines el ejercicio con tu peso corporal, utiliza una mancuerna ligera o lleva una mochila con un pequeño lastre para incrementar la demanda.
    3. Incrementa repeticiones o series: Pasa de 2 series de 8-10 repeticiones a 3 o incluso 4 series, en función de la progresión individual.

Durante la contracción excéntrica, es normal experimentar más fatiga e incluso ciertas agujetas, dado que las fibras musculares soportan mayor tensión. Sin embargo, se debe distinguir la fatiga muscular normal de cualquier dolor agudo o punzada significativa que alerte de un posible problema o sobrecarga excesiva.

7.4 Uso de Bandas Elásticas, Pesas y Plataformas Inestables

Para añadir variedad y progresar en la intensidad de los ejercicios, es útil incorporar diferentes elementos de resistencia y superficies:

  1. Bandas Elásticas:
    • Son versátiles, fáciles de transportar y vienen en diferentes niveles de resistencia (ligera, mediana, fuerte).
    • Se pueden utilizar para ejercicios de flexión y extensión plantar, sujetando la banda con las manos o enganchándola a un punto fijo.
  2. Pesas o Chalecos de Peso:
    • Añaden carga adicional, potenciando el estímulo de fuerza e hipertrofia.
    • Se recomiendan especialmente si el objetivo del paciente es volver a deportes de alto rendimiento.
  3. Plataformas Inestables:
    • Permiten combinar fortalecimiento y propiocepción al mismo tiempo.
    • Por ejemplo, realizar elevaciones de talones sobre un bosu o almohadilla inestable obliga al tobillo y la rodilla a “estabilizar” la articulación, reclutando músculos profundos y mejorando la respuesta refleja.

7.5 Frecuencia, Series y Progresión

  • Frecuencia: Dependiendo de la disponibilidad y la respuesta del cuerpo, se recomienda entrenar el tríceps sural entre 2 y 4 veces por semana, dejando al menos 48 horas de descanso entre sesiones intensas.
  • Series y repeticiones:
    • Fase inicial (semanas 1-3 de la rehabilitación avanzada): 2-3 series de 10-12 repeticiones.
    • Fase de consolidación (semanas 4-6 de rehabilitación avanzada): 3-4 series de 8-10 repeticiones con mayor carga.
    • Fase de rendimiento (a partir de la semana 7-9 de rehabilitación avanzada): 3-5 series de 6-10 repeticiones, o incluso menos repeticiones pero con más peso, para ganar fuerza máxima.

7.6 Signos de Progreso y Señales de Alerta

  • Progreso: Si el paciente nota que puede subir y bajar escaleras, caminar distancias largas o incluso trotar moderadamente sin dolor, y la musculatura no presenta una fatiga excesiva al día siguiente, es una señal de que la recuperación va por buen camino.
  • Señales de alerta:
    • Dolor agudo o punzante durante los ejercicios.
    • Inflamación marcada en la zona de la lesión tras el entrenamiento.
    • Rigidez matutina que persiste o empeora tras varios días.
    • Aumento significativo de la sensibilidad en la cicatriz, con calor o enrojecimiento.

En cualquiera de estos casos, es recomendable reducir la intensidad y consultar al fisioterapeuta o traumatólogo antes de retomar el programa habitual.


8. Importancia de la Biomecánica y la Corrección Postural

La biomecánica de la marcha y la carrera implica la alineación del tobillo, la rodilla, la cadera y la pelvis. Cualquier alteración puede aumentar el riesgo de lesiones en la pantorrilla. La evaluación de la técnica de carrera, la corrección de la pisada, la observación de la alineación del raquis y la pelvis contribuyen a reducir fuerzas lesivas sobre los gemelos.

Además, el uso de calzado adecuado, plantillas ortopédicas (si están indicadas) y la adaptación progresiva de cargas de entrenamiento son medidas que disminuyen la posibilidad de roturas recurrentes.


10. Prevención de Recaídas y Mantenimiento a Largo Plazo

Es muy relevante plantear un enfoque preventivo continuo, incluso después de considerarse “recuperado” de la rotura fibrilar de gemelos. Los siguientes aspectos resultan clave:

  • Programa de ejercicios de mantenimiento: Incluir de manera regular estiramientos y fortalecimiento excéntrico.
  • Escucha activa del cuerpo: Reconocer molestias tempranas, fatiga excesiva o rigidez inusual para ajustar la carga de entrenamiento.
  • Progresión de cargas escalonada: No acelerar en exceso la vuelta a la competición o al ejercicio intenso si no se han cumplido las fases de rehabilitación necesarias.
  • Valoración periódica: Revisiones con el fisioterapeuta y/o traumatólogo para monitorizar la integridad muscular, y, en algunos casos, repetir ecografía o resonancia magnética, sobre todo en deportistas de alto rendimiento.

11. Preguntas Frecuentes de los Pacientes

1. ¿Por qué todavía siento molestias después de 9 semanas?
A las 9 semanas, la mayoría de pacientes está en una fase avanzada de recuperación. Sin embargo, el tejido muscular sigue en proceso de remodelación. La rigidez o el dolor leve pueden persistir hasta que la cicatriz madura y la fuerza vuelve a niveles óptimos.

2. ¿Cuándo puedo volver a correr con intensidad?
Depende de la evaluación clínica y de la ausencia de dolor al realizar ejercicios pliométricos y carrera suave. Es fundamental que, antes de intentar sprints o carreras intensas, se complete una progresión de carga gradual sin presentar dolor o inflamación.

3. ¿Necesito una nueva resonancia magnética para comprobar mi lesión?
No siempre es necesaria. En roturas fibrilares leves o moderadas, la evolución clínica y la ecografía de control suelen ser suficientes. Sin embargo, en casos de evolución atípica o sospecha de complicaciones, el médico puede solicitar una nueva resonancia para confirmar el estado de la cicatrización.

4. ¿Son útiles los tratamientos de fisioterapia instrumental (láser, ultrasonidos, electroterapia)?
Sí, pueden ser un complemento útil para reducir la inflamación y mejorar la calidad del tejido cicatricial. Aun así, la base de la recuperación sigue siendo el ejercicio terapéutico.

5. ¿Cómo puedo prevenir futuras roturas fibrilares en los gemelos?
Manteniendo la fuerza muscular (especialmente excéntrica), una adecuada flexibilidad, corrigiendo errores biomecánicos y progresando de manera gradual en tus entrenamientos. Además, un buen calentamiento y la escucha del cuerpo son esenciales.


12. Conclusión

A las 9 semanas tras una lesión fibrilar, el paciente ya ha superado razonablemente los estadios más críticos de la lesión, pero aún requiere una atención minuciosa y un programa de rehabilitación bien dirigido para restaurar por completo la fuerza, la flexibilidad y la seguridad al realizar movimientos exigentes. Gracias a los avances científicos de los últimos años, se recomienda una combinación de fortalecimiento excéntrico, ejercicios de propiocepción, estiramientos progresivos y corrección biomecánica, con el fin de no solo curar la lesión, sino también prevenir recaídas a largo plazo.

Cada paciente es único, y aunque la evidencia científica brinda pautas valiosas, la atención personalizada y el seguimiento profesional siguen siendo determinantes para optimizar la recuperación y el rendimiento posterior. Si estás experimentando esta lesión, lo ideal es consultar con un especialista en traumatología y rehabilitación que evalúe detalladamente tu caso. El Dr. Eugenio Díaz, como Traumatólogo Especialista, puede ofrecer un enfoque integral y personalizado que te ayude a resolver el problema y recuperar la confianza en cada paso.


 

 

 

 

 

 

 

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