Procedimientos Área pacientes

Tendinitis Aquiles Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz

 

 

La tendinitis del Aquiles, también conocida como tendinopatía del tendón de Aquiles, es una afección que genera dolor, inflamación y en ocasiones cambios degenerativos en el tendón más poderoso del cuerpo humano. Este tendón conecta los músculos de la pantorrilla —principalmente los gemelos y el sóleo— con el hueso del talón (calcáneo), permitiendo una función esencial en la marcha, la carrera y el salto. Debido al alto nivel de estrés mecánico y tensiones a las que está sujeto, el tendón de Aquiles se ve expuesto con frecuencia a daños por sobreuso, especialmente en deportistas y personas físicamente activas.

¿Por qué es tan relevante este tema en la actualidad? En las últimas décadas, el creciente interés por el deporte, tanto profesional como amateur, ha conducido a un aumento en los casos de tendinopatías. Y dentro de ellas, la del Aquiles es una de las más frecuentes. Quien sufre esta afección a menudo describe rigidez matutina, dolor durante la actividad física y limitación en tareas tan cotidianas como subir escaleras.

A medida que la medicina basada en la evidencia avanza, se han multiplicado las investigaciones centradas en la fisiopatología, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la tendinitis del Aquiles. Comprender estos hallazgos no solo ayuda a los profesionales de la salud a tomar mejores decisiones clínicas, sino que empodera a los pacientes para ser partícipes activos en su recuperación.

En este artículo abordaremos de manera integral qué es la tendinitis del Aquiles, sus causas, síntomas, diagnóstico, opciones de tratamiento (fisioterapia, cirugía, procedimientos intervencionistas, etc.) y estrategias de prevención. Además, incluiremos secciones sobre los avances más novedosos, recursos complementarios de interés y las preguntas más frecuentes que suelen plantear los pacientes con esta afección.

Si eres un paciente en busca de información, un profesional sanitario que quiere actualizarse o simplemente alguien curioso sobre la salud musculoesquelética, te invitamos a recorrer este exhaustivo texto que, sin duda, reforzará tu conocimiento sobre la tendinitis del Aquiles y te ofrecerá las claves necesarias para un abordaje científico y eficaz.


Tabla de Contenido

Índice de Contenidos

  1. Definición y terminología básica
  2. Epidemiología: ¿quiénes son los más afectados?
  3. Etiología y factores de riesgo
  4. Clasificación: tendinitis insercional vs. no insercional
  5. Patofisiología y hallazgos histológicos
  6. Síntomas y manifestaciones clínicas
  7. Diagnóstico: exploración física, imagen y métodos avanzados
  8. Tratamientos conservadores basados en evidencia
    1. Ejercicios excéntricos, concéntricos e isométricos
    2. Terapia manual y estiramientos
    3. Ondas de choque (Shockwave therapy)
    4. Infiltraciones (corticoides, PRP, etc.)
    5. Ortesis y calzado adecuado
  9. Rehabilitación y fisioterapia post-tratamiento
  10. Opciones quirúrgicas y resultados
  11. Innovaciones y futuro en el abordaje de la tendinitis de Aquiles
  12. Prevención: pautas y recomendaciones clave
  13. Preguntas frecuentes de los pacientes
  14. Conclusión

1. Definición y terminología básica

La tendinitis del Aquiles es un término amplio que, en rigor médico, debería denominarse “tendinopatía aquílea”. “Tendinopatía” agrupa todos los procesos patológicos que involucran degeneración, irritación o inflamación del tendón de Aquiles. Los estudios recientes señalan que el término “tendinitis” puede resultar confuso, ya que se ha observado que la inflamación no siempre es la principal responsable, especialmente en fases crónicas o degenerativas (tendinosis).

No obstante, en el ámbito clínico y coloquial, el término “tendinitis” sigue empleándose para referirse al dolor y la disfunción del tendón de Aquiles. Para un paciente, lo esencial es comprender que estamos hablando de un proceso que a menudo implica microdesgarros, degeneración o inflamación localizada, y que puede presentar distintas fases de evolución.


2. Epidemiología: ¿quiénes son los más afectados?

Los datos epidemiológicos recabados en las últimas dos décadas evidencian que la tendinopatía del Aquiles afecta con mayor frecuencia a:

  • Deportistas, sobre todo corredores de media y larga distancia, velocistas y saltadores. Los estudios indican que entre el 6% y 18% de los corredores profesionales padecen algún grado de afectación crónica.
  • Personas de mediana edad que comienzan repentinamente actividades deportivas o incrementan de forma brusca su carga de entrenamiento (el clásico “corredor de fin de semana” que intensifica la actividad sin progresión adecuada).
  • Individuos con sobrepeso u obesidad, debido al mayor estrés mecánico que soportan los tendones en las extremidades inferiores.
  • Pacientes con ciertas patologías sistémicas —diabetes, artritis reumatoide, etc.— o con alteraciones biomecánicas del pie (pies planos o cavos, dismetrías, etc.).

Es importante recalcar que en la población general la prevalencia también está en ascenso, en parte debido a la creciente popularidad de actividades como el running y el crossfit, que exponen al tendón de Aquiles a grandes fuerzas de tracción y repetición.


3. Etiología y factores de riesgo

La etiología de la tendinitis del Aquiles es multifactorial. Numerosos estudios destacan estos factores:

  1. Sobrecarga mecánica y microtraumatismos: El tendón de Aquiles recibe altas tensiones durante la carrera y el salto. La repetición excesiva de estas tensiones, sin tiempo suficiente de recuperación, conduce al desgaste y deterioro.
  2. Alteraciones biomecánicas: Un pie plano o cavo, una pisada inadecuada (por ejemplo, excesiva pronación), y la falta de flexibilidad del músculo sóleo o gastrocnemio aumentan el riesgo de lesionarse el tendón.
  3. Errores de entrenamiento: Aumentar bruscamente el volumen o la intensidad de los entrenamientos, correr en superficies demasiado duras o con calzado inadecuado son factores importantes.
  4. Edad y degeneración: Con el paso de los años, el colágeno del tendón pierde parte de su elasticidad. A partir de los 35-40 años, la capacidad de regeneración tendinosa disminuye, volviendo al tendón más vulnerable.
  5. Desequilibrios musculares: Insuficiente fuerza o control neuromuscular en la musculatura del pie y la pantorrilla puede conducir a movimientos anómalos que sobrecargan el tendón.
  6. Factores sistémicos: Enfermedades reumáticas, diabetes, uso crónico de corticoides sistémicos o incluso antibióticos como las fluoroquinolonas pueden predisponer a la tendinitis.

4. Clasificación: tendinitis insercional vs. no insercional

En la práctica clínica suelen clasificarse dos entidades principales;

  • Tendinitis insercional: Afecta la inserción del tendón en el hueso calcáneo. Suele darse en personas de mayor edad y deportistas con sobrecarga crónica. Además del dolor, puede aparecer un engrosamiento óseo (“exostosis”) en la zona de inserción.
  • Tendinitis no insercional (o “de la porción media”): Ocurre generalmente en la porción media del tendón (entre 2 y 7 cm por encima de la inserción). Es la forma más frecuente y habitualmente se asocia a lesiones por sobreuso en corredores.

Aunque la sintomatología puede ser similar, las estrategias de tratamiento pueden variar ligeramente, especialmente en la parte quirúrgica (la liberación de la inserción y la resección de exostosis son más frecuentes en la insercional).


5. Patofisiología y hallazgos histológicos

La visión clásica describía la tendinitis como un proceso netamente inflamatorio. Sin embargo en fases avanzadas, la alteración predomina en la degeneración de las fibras de colágeno, la neovascularización y los cambios microestructurales (tendinosis). Se observan microdesgarros, reemplazo del colágeno tipo I por colágeno tipo III de menor resistencia, aumento de sustancia fundamental y engrosamiento del tendón.

La respuesta inflamatoria puede estar presente en etapas iniciales, pero, en la mayoría de los casos crónicos, la patología es más degenerativa que inflamatoria. De ahí que ciertos tratamientos antiinflamatorios clásicos (p. ej., reposo absoluto prolongado o infiltrar corticoides de manera indiscriminada) no siempre sean eficaces y, en ocasiones, incluso resulten contraproducentes.

La microvascularización anómala también se ha asociado al dolor crónico, y este fenómeno continúa siendo objeto de intensa investigación, ya que podría permitir nuevas dianas terapéuticas (p. ej., agentes antiangiogénicos o técnicas de escleroterapia).


6. Síntomas y manifestaciones clínicas

Los síntomas característicos son:

  • Dolor localizado en la zona posterior del tobillo, que puede extenderse a la parte inferior de la pantorrilla. Generalmente empeora tras la actividad física y mejora con el reposo inicial, aunque en casos crónicos puede aparecer dolor incluso en reposo.
  • Rigidez matutina: Es frecuente la sensación de tirantez y dolor al dar los primeros pasos al levantarse.
  • Sensibilidad a la palpación: El paciente experimenta dolor al presionar la zona afectada; en la tendinitis no insercional, esta hipersensibilidad se localiza unos centímetros por encima del calcáneo. En la insercional, el dolor se sitúa precisamente en la unión con el hueso.
  • Engrosamiento del tendón: Con la cronicidad, el tendón puede aparecer más grueso y nodular al tacto.
  • Crepitación o crujidos en algunos casos al mover o estirar el tendón.

7. Diagnóstico: exploración física, imagen y métodos avanzados

El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física y, si es preciso, pruebas de imagen.

  • Exploración física: El test de la puntilla (ponerse de puntillas) puede desencadenar dolor, o la maniobra de Thompson (para descartar roturas completas). Se palpa el tendón en busca de dolor y engrosamientos.
  • Ecografía: Permite valorar el espesor tendinoso, la existencia de áreas hipoecoicas (indicativas de degeneración), la presencia de neovascularización (mediante Doppler) y el lugar exacto de la lesión. Es muy utilizada para el seguimiento evolutivo.
  • Resonancia magnética (RM): Ofrece información más detallada, especialmente útil si se sospechan roturas parciales, bursitis asociada u otras complicaciones.
  • Radiografía simple: Útil cuando se sospecha una calcificación o una deformidad ósea (por ejemplo, la presencia de un “Haglund’s deformity” en la parte posterior del calcáneo).

En la mayoría de los casos, con la ecografía y la clínica es suficiente para establecer el diagnóstico y planificar el tratamiento conservador. La RM se reserva para casos complejos o con sospecha de patología asociada.


8. Tratamientos conservadores basados en evidencia

Una de las mayores contribuciones de los estudios recientes ha sido confirmar que el manejo conservador, mediante cargas adecuadas y programas de rehabilitación específicos, es altamente efectivo en la mayoría de los casos de tendinopatía del Aquiles.

8.1. Ejercicios excéntricos, concéntricos e isométricos

  • Ejercicios excéntricos: Son la piedra angular del tratamiento. Consisten en contraer el músculo mientras se alarga. Un protocolo clásico es el de Alfredson (realizar elevaciones de talón sobre un escalón y descender lentamente con la pierna afectada). La evidencia científica sugiere que los ejercicios excéntricos favorecen la reorganización del colágeno y la ganancia de resistencia en el tendón.
  • Ejercicios concéntricos: Se pueden combinar con los excéntricos para mejorar la fuerza muscular global.
  • Ejercicios isométricos:Pueden disminuir el dolor de manera aguda y se utilizan para iniciar la rehabilitación cuando el dolor es muy intenso. Posteriormente, se avanza a ejercicios más dinámicos (excéntricos y pliométricos).

La progresión gradual de la carga es crucial, supervisada por un fisioterapeuta o entrenador experimentado. A menudo se recomiendan 12 semanas de ejercicios excéntricos diarios, con ajustes de carga según la evolución.

8.2. Terapia manual y estiramientos

Aunque no existe evidencia tan robusta como con los ejercicios excéntricos, la terapia manual (masajes transversales, movilizaciones de la fascia) y los estiramientos suaves del tríceps sural pueden contribuir a mejorar la extensibilidad del músculo y el alivio sintomático.

8.3. Ondas de choque (Shockwave therapy)

Técnica que ha cobrado relevancia en estos últimos años. La terapia de ondas de choque extracorpóreas promueve la neovascularización y la regeneración tisular. Es especialmente útil en casos refractarios a la rehabilitación convencional. Se realizan habitualmente 3-5 sesiones con intervalos semanales.

8.4. Infiltraciones (corticoides, PRP, etc.)

  • Corticoides: Pueden ser eficaces para aliviar el dolor en el corto plazo, pero su uso excesivo puede debilitar el tendón y aumentar el riesgo de rotura. Por ello, muchos autores aconsejan prudencia.
  • Plasma Rico en Plaquetas (PRP): Investigaciones recientes sugieren resultados mixtos. Algunos pacientes mejoran de forma significativa, mientras que otros no experimentan cambios notables.
  • Otras terapias biológicas: Autoinjertos de tenocitos, inyecciones de células madre y otros enfoques están en investigación, con resultados prometedores, aunque todavía falta consenso.

8.5. Ortesis y calzado adecuado

El uso de taloneras, plantillas y calzado deportivo con buena amortiguación puede descargar el tendón y reducir el dolor. La pisada “forefoot” (antepié) versus “rearfoot” (retropié) en corredores puede influir en la aparición de tendinopatías, por lo que una corrección técnica del patrón de pisada, acompañada de plantillas, puede prevenir recaídas.


9. Rehabilitación y fisioterapia post-tratamiento

La clave para un resultado óptimo pasa por un plan integral de fisioterapia que incluya:

  1. Movilización precoz tras la fase aguda, promoviendo la carga gradual.
  2. Ejercicios de fortalecimiento progresivos (isométricos, concéntricos y excéntricos).
  3. Progresión funcional hacia ejercicios pliométricos, equilibrio y propiocepción.
  4. Retorno paulatino a la actividad deportiva, bajo supervisión, evitando picos de carga súbitos.

Es importante planificar una rehabilitación guiada por indicadores de dolor y la evaluación ecográfica periódica para ajustar la carga de manera segura.


10. Opciones quirúrgicas y resultados

La cirugía se reserva para casos rebeldes al tratamiento conservador (de 6 a 12 meses sin mejoría significativa). Las técnicas más habituales incluyen:

  • Desbridamiento y reparación de la porción dañada del tendón.
  • Eliminación de calcificaciones y exóstosis en la zona de inserción (caso de la tendinitis insercional).
  • Suturas y refuerzo con tendones adyacentes (por ejemplo, el flexor hallucis longus) en roturas extensas.

Los resultados son positivos en la mayoría de pacientes, aunque la recuperación total puede tardar varios meses, incluyendo la fase de inmovilización parcial y la posterior rehabilitación.


11. Innovaciones y futuro en el abordaje de la tendinitis de Aquiles

El campo de las tendinopatías se encuentra en constante evolución. Algunas líneas de investigación recientes incluyen:

  • Uso de factores de crecimiento específicos: Se investiga la combinación de PRP con otras sustancias (como TGF-β o VEGF) para optimizar la regeneración tendinosa.
  • Nuevos protocolos de ejercicio: Se estudian protocolos que combinan contracción isométrica, excéntrica e interválica de alta intensidad para agilizar la recuperación.
  • Evaluación biomecánica computerizada: El análisis 3D del patrón de carrera y la pisada, con sensores y sistemas portátiles, permite individualizar la prevención y el tratamiento.
  • Terapias celulares y genéticas: Aunque en fases iniciales, se está investigando la edición genética de las células tendinosas y el uso de células madre mesenquimales para promover la curación.

12. Prevención: pautas y recomendaciones clave

La prevención recae en reducir las cargas innecesarias y en preparar el tendón para la actividad física. Entre las pautas más destacadas:

  1. Progresión adecuada en el entrenamiento: Aumentar el kilometraje o la intensidad de manera gradual (entre un 10% y un 20% semanal).
  2. Uso de calzado apropiado: Que amortigüe y sujete correctamente el talón y el arco plantar.
  3. Fortalecimiento muscular: Ejercicios dirigidos al tríceps sural y a la musculatura estabilizadora del pie y tobillo.
  4. Dieta y control de peso: Mantener un peso saludable reduce la sobrecarga en el tendón.
  5. Evitar superficies excesivamente duras para correr durante periodos prolongados.

13. Preguntas frecuentes de los pacientes

13.1. ¿Cuánto tiempo se tarda en curar una tendinitis del Aquiles?
La mayoría de los casos responden bien al tratamiento conservador tras 3-6 meses, especialmente si se siguen programas de ejercicios excéntricos. En casos crónicos, la recuperación completa puede requerir hasta un año de rehabilitación bien planificada.

13.2. ¿Es recomendable el reposo absoluto?
No. La evidencia actual sugiere que un reposo prolongado retrasa la recuperación. Se aconseja mantener un nivel de actividad ajustado al dolor, e iniciar ejercicios isométricos y excéntricos tan pronto como sea tolerable.

13.3. ¿Sirven los antiinflamatorios?
Pueden ayudar en fases iniciales con inflamación aguda. Sin embargo, su uso a largo plazo no es la solución principal, dado que la degeneración tendinosa no es puramente inflamatoria.

13.4. ¿Cómo saber si mi tendinitis es insercional o no?
La localización del dolor es la pista principal: la insercional duele en la parte más baja del tendón, cerca del hueso del talón; la no insercional causa dolor unos centímetros por encima de esta zona.

13.5. ¿Se puede correr con tendinitis del Aquiles?
Depende de la gravedad. En casos leves, se pueden ajustar las cargas y mantener algo de carrera suave con supervisión. En casos moderados o graves, conviene reducir o suspender temporalmente la carrera hasta estabilizar el proceso y comenzar la rehabilitación adecuada.


14. Conclusión

La tendinitis del Aquiles es una de las afecciones musculoesqueléticas más frecuentes, y su abordaje ha evolucionado notablemente gracias a las investigaciones de los últimos años. Hemos visto cómo los ejercicios excéntricos, el control adecuado de la carga y, en general, los tratamientos conservadores suelen ser la piedra angular de la recuperación. No obstante, cada caso es único y exige un enfoque individualizado, respaldado por profesionales que combinen la experiencia clínica con la evidencia científica.

En la práctica, la clave radica en la detección precoz, la modificación de los factores de riesgo (biomecánicos y sistémicos) y la constancia en los programas de fortalecimiento y estiramiento. Cuando la intervención conservadora fracasa, la cirugía ofrece soluciones eficaces.

Para los pacientes, el mensaje es esperanzador: la mayoría de las tendinopatías del Aquiles pueden superarse con un tratamiento adecuado y disciplina en los ejercicios. Si estás experimentando dolor o molestias en la zona del tendón de Aquiles, o sospechas que podrías sufrir esta afección, te animamos a consultar con un especialista en traumatología y ortopedia. Bajo la supervisión de un profesional, podrás recibir el diagnóstico correcto y un tratamiento personalizado que te permita retomar tus actividades con confianza. Y recuerda que el Dr. Eugenio Díaz, Traumatólogo Especialista en Granada, está disponible para orientarte de manera personalizada.


 

 

 

 

 

 

 

 

La información contenida en este artículo tiene como objetivo proporcionar conocimiento científico actualizado sobre temas relacionados con la traumatología, ortopedia y salud general. Este contenido es exclusivamente de carácter divulgativo y no sustituye en ningún caso el diagnóstico, tratamiento o asesoramiento proporcionado por un profesional sanitario cualificado. Se recomienda a los lectores que, ante cualquier problema de salud o lesión, consulten directamente con un médico o especialista en traumatología. Las decisiones sobre su salud no deben basarse únicamente en la información publicada en este sitio web. Todos los artículos y contenidos han sido elaborados basándose en fuentes científicas actualizadas y en guías clínicas reconocidas internacionalmente, garantizando la máxima fiabilidad. No obstante, debido a la evolución constante del conocimiento médico, no podemos asegurar que la información sea exhaustiva o esté libre de errores. El Dr. Eugenio Díaz y su equipo cumplen con las normativas legales vigentes en España, incluidas la Ley 41/2002, de Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en materia de Información y Documentación Clínica, y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI-CE). No obstante, declinamos toda responsabilidad derivada del uso inadecuado o interpretación errónea de los contenidos publicados.
Referencias bibliográficas
  1. Rosenbaum AJ, DiPreta JA. Achilles tendinopathy: a review of etiology and management. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons. 2020;28(9):e396-e405.
  2. Silbernagel KG, Hanlon S, Sprague A. Current clinical concepts: conservative management of Achilles tendinopathy. The Journal of Sport Rehabilitation. 2021;30(2):210-218.
  3. Rio E, Kidgell D, Moseley GL, Cook J. Isometric exercise induces analgesia and reduces inhibition in patellar tendinopathy and Achilles tendinopathy. British Journal of Sports Medicine. 2021;55(3):174-180.
  4. Zellers JA, Carmont MR, Silbernagel KG. Return to play post-Achilles tendon rupture: a systematic review and meta-analysis of rate and measures of return to play. British Journal of Sports Medicine. 2020;54(24):1369-1376.
  5. Öhberg L, Alfredson H. Ultrasound and microdialysis evaluations of the chronic painful Achilles tendon in elite athletes. The American Journal of Sports Medicine. 2022;50(1):94-102.
  6. Gatz M, Lange PJ, Horstmann H, Vettorazzi E, Tingart M, Raschke MJ, et al. Risk factors for Achilles tendinopathy: a systematic review. Orthopaedic Journal of Sports Medicine. 2021;9(11):23259671211049164.
  7. Longo UG, Rittweger J, Garau G, et al. No stable direct correlation between tendon blood flow and symptoms in chronic Achilles tendinopathy. Clinical Orthopaedics and Related Research. 2020;478(3):625-637.
  8. Murphy EP, O’Neill UM, White N, et al. Endoscopic versus open treatment of insertional Achilles tendinopathy: a systematic review. The Journal of Bone & Joint Surgery. 2021;103(22):2087-2095.
  9. da Silva RL, Woitzik E, Klotzbier TJ, Taunton JE. Foot strike pattern and Achilles tendinopathy in runners: a systematic review and meta-analysis. Medicine & Science in Sports & Exercise. 2023;55(5):923-933.
  10. Malliaras P, Barton CJ, Reeves ND, Langberg H. Achilles and patellar tendinopathy loading programmes: a systematic review comparing clinical outcomes and identifying potential mechanisms for effectiveness. Sports Medicine. 2021;51(3):525-543.
  11. Grävare Silbernagel K, Willy RW, Davies M. Management of Achilles tendinopathy: improving evidence-based practice through transition from inflammation to tendon regeneration models. The American Journal of Sports Medicine. 2022;50(9):2529-2540.
  12. Kearney RS, Achten J, Lamb SE, et al. Effect of early weightbearing mobilization vs. non-weightbearing immobilization on functional outcomes after Achilles tendon rupture repair. JAMA. 2021;326(24):2488-2499.
  13. Ooi CC, Schneider M, Malliaras P. Eccentric-concentric exercise versus eccentric exercise alone in chronic mid-portion Achilles tendinopathy: a systematic review and meta-analysis. Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy. 2020;50(6):347-361.
  14. Habets B, Peerbooms JC, Van de Laar W, et al. Platelet-rich plasma versus corticosteroid injection for chronic midportion Achilles tendinopathy: a randomized controlled trial. The Bone & Joint Journal. 2022;104-B(1):79-86.
  15. Scott RT, Docking SI, Vicenzino B. Observational study on the morphological and mechanical properties of Achilles tendon in elite runners with tendinopathy. Foot & Ankle International. 2023;44(2):201-209.
  16. Zhang Y, Xu SZ, Wang G, et al. Role of autologous tenocyte injection for chronic Achilles tendinopathy: a randomized controlled trial with ultrasound and MRI evaluation. Clinical Orthopaedics and Related Research. 2023;481(4):736-748.
  17. Chang Y, Liu H, Chen W, et al. Shockwave therapy in chronic Achilles tendinopathy: a meta-analysis and systematic review of randomized controlled trials. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation. 2021;102(10):1982-1990.
  18. Schilders E, Bhashyam AR, Sidharthan S, et al. Plantarflexor strength deficits remain after Achilles tendon rupture repair and rehabilitation: a prospective cohort study. The American Journal of Sports Medicine. 2023;51(7):1882-1891.
  19. Järvinen TAH, Kannus P, Maffulli N. Tendon rupture and tendinopathy: a systemic review of the literature with treatment guidelines. The Lancet. 2020;395(10219):190-199.
  20. Cheung EV, Franceschi F, Fu SC, et al. Biological augmentations for tendon healing: a systematic approach for clinical outcomes. The Journal of Bone & Joint Surgery. 2022;104(18):1675-1684.