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Rehabilitación tendinitis pata de ganso Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz

 

 

La tendinitis de la pata de ganso, también llamada tendinitis del pes anserinus, es una patología que afecta la cara interna de la rodilla y puede ocasionar dolor, inflamación y limitación de la funcionalidad. Este conjunto tendinoso, formado por la inserción de tres músculos (sartorio, grácil y semitendinoso), adquiere gran relevancia en la estabilidad dinámica de la articulación de la rodilla. Pacientes de mediana y avanzada edad, así como deportistas, suelen sufrir esta dolencia debido al uso excesivo, sobrecarga, mal alineamiento o debilidad en la musculatura adyacente.

En los últimos años, la investigación ha avanzado en la comprensión de los mecanismos que provocan la tendinitis de la pata de ganso y se han propuesto protocolos de rehabilitación cada vez más efectivos, combinando ejercicios de fortalecimiento, estiramientos, control motor e intervenciones complementarias como la terapia manual, la neuromodulación o el entrenamiento de la cadena cinética.

El objetivo de este artículo es ofrecer una visión práctica acerca de los planes de rehabilitación basados en la evidencia más actual. Está especialmente dirigido a pacientes que buscan soluciones para su tendinitis y a toda persona interesada en comprender los aspectos clave de esta afección. A continuación, se presenta un índice temático que guiará la lectura y facilitará la consulta de los apartados de mayor interés.


Tabla de Contenido

ÍNDICE

  1. Causas y Factores de Riesgo de la Tendinitis de la Pata de Ganso
  2. Principios Generales de Tratamiento
  3. ¿Que deportes se recomiendan para el Tratamiento de la Tendinitis de la Pata de Ganso?
  4. Plan de Rehabilitación y Ejercicios 
    1. Fase Inicial de Control del Dolor e Inflamación
    2. Fase de Fortalecimiento y Reentrenamiento Funcional
    3. Fase de Reintegro Deportivo y Prevención de Recaídas
  5. Nuevas Estrategias de Tratamiento 
    1. Modalidades Físicas (Electroterapia, Ondas de Choque, Láser, etc.)
    2. Terapia Manual y Manipulación de Tejidos Blandos
    3. Factores Biomecánicos y Reentrenamiento de la Pisada
  6. Preguntas Frecuentes de los Pacientes
  7. Conclusión

A lo largo del texto se incluirán detalles esenciales de las publicaciones médicas, contextualizando los hallazgos más recientes sobre abordajes terapéuticos, datos epidemiológicos y técnicas específicas de ejercicio.

 


1. CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO DE LA TENDINITIS DE LA PATA DE GANSO

Las causas principales que generan tendinitis en la pata de ganso incluyen:

  1. Sobrecarga mecánica: actividades deportivas repetitivas (correr, saltar, cambios de dirección), sobreentrenamiento o incrementos bruscos en la intensidad del ejercicio.
  2. Debilidad muscular y desequilibrios: una musculatura deficiente en la zona de la cadera y rodilla puede predisponer a la compensación excesiva en los tendones del sartorio, grácil y semitendinoso.
  3. Mal alineamiento de la extremidad inferior: valgo de rodilla, pies planos o hiperpronación aumentan la tensión en la región medial.
  4. Obesidad: el sobrepeso incrementa las fuerzas de carga en la rodilla y el área de la pata de ganso, favoreciendo la aparición de inflamación y tendinopatía.
  5. Uso inadecuado de calzado: zapatillas sin soporte adecuado o muy desgastadas pueden alterar la biomecánica de la marcha.
  6. Enfermedades sistémicas y degenerativas: la diabetes y la artrosis pueden incrementar la vulnerabilidad de los tendones.

Es de suma importancia la reducción de peso en personas con obesidad que sufren este problema, ya que el descenso de las fuerzas de compresión sobre la rodilla reduce significativamente la inflamación y los síntomas dolorosos.

 


2. PRINCIPIOS GENERALES DE TRATAMIENTO

En la etapa inicial, los objetivos suelen ser:

  • Reducir la inflamación y el dolor.
  • Proteger la zona afectada de cargas excesivas.
  • Mantener la movilidad articular y evitar la atrofia muscular.

Posteriormente, se procede con la reactivación progresiva mediante ejercicios de fortalecimiento, estiramiento y control motor. Se debe realizar un enfoque multidisciplinar donde el fisioterapeuta, el médico de rehabilitación y, en ocasiones, el nutricionista (especialmente en pacientes con sobrepeso) trabajan de manera conjunta para optimizar el resultado clínico.


3. ¿QUÉ DEPORTES SE RECOMIENDAN PARA EL TRATAMIENTO DE LA TENDINITIS DE LA PATA DE GANSO?

En la etapa inicial de la rehabilitación (cuando aún persisten dolor e inflamación notables) requiere un enfoque de “bajo impacto” para proteger la rodilla de cargas excesivas. Con el avance de la recuperación y el control adecuado del dolor, se recomienda ir incrementando gradualmente la intensidad y el impacto de los deportes, siempre que el paciente no experimente molestias significativas.

  1. Natación o Ejercicios Acuáticos
    •  En la fase inicial o subaguda, la natación es una opción interesante porque el agua reduce la fuerza de la gravedad sobre la rodilla y disminuye la presión articular.
    • El uso de flotadores o tablas permite centrarse en el trabajo de la parte superior del cuerpo mientras la rodilla se moviliza suavemente, sin excesiva carga.
  2. Bicicleta Estática o Ciclismo de Baja Intensidad
    • Múltiples estudios recomiendan la bicicleta estática como alternativa de ejercicio aeróbico para mantener la condición cardiovascular sin someter la rodilla a impactos.
    • Permite un control cuidadoso de la resistencia y evita el choque repetitivo propio de la carrera.
    • En la fase de mejoría, se puede pasar a una bicicleta al aire libre, siempre que se elija un recorrido mayoritariamente llano y se mantenga una cadencia adecuada para evitar esfuerzos intensos de rodilla en pendientes.
  3. Ejercicios en Elíptica
    • Propuestos también como actividad de menor impacto que la carrera, con la posibilidad de regular la resistencia y la velocidad.
    • Se trabajan patrones de movimiento similares a la carrera, pero sin la fase de “vuelo” que causa el impacto contra el suelo.

3.1 ACTIVIDADES DE TRANSICIÓN EN ETAPAS MEDIAS O AVANZADAS DE RECUPERACIÓN

  1. Caminar a Ritmo Moderado o Marcha Nórdica
    • A medida que disminuye el dolor, varios ensayos proponen la marcha (con o sin bastones) en terrenos llanos como transición al trote suave.
    • Se debe mantener una alineación adecuada de la rodilla y realizar pausas si surge dolor o fatiga.
  2. Trote Suave y Carrera Progresiva
    • Una vez controlado el dolor y consolidada la fuerza de la musculatura de la cadera y rodilla, se puede iniciar trote ligero en superficies planas, incrementando tiempo y distancia muy gradualmente.
    • Puede ser importante la supervisión fisioterapéutica para corregir la técnica de carrera (cadencia, longitud de zancada y postura) y así evitar volver a sobrecargar la zona medial de la rodilla.
  3. Yoga (adaptado) o Pilates
    • Es importante incorporar disciplinas que combinen fortalecimiento, flexibilidad y conciencia corporal.
    • El yoga o pilates adaptados (con posturas que no agraven el dolor) pueden ayudar a mejorar la alineación y la estabilidad del core, indispensables para prevenir recaídas.

3.2 DISCIPLINAS DE IMPACTO Y DEPORTES MÁS EXIGENTES

  1. Deportes de Equipo (fútbol, baloncesto, balonmano, etc.)
    • Las disciplinas con cambios de dirección bruscos, saltos o giros suelen reintroducirse en la última fase de la rehabilitación.
    • Los ejercicios pliométricos (saltos) y de agilidad deben iniciarse solo cuando el paciente ha recuperado la fuerza y la resistencia adecuadas, y puede controlar la alineación de la rodilla sin dolor.
  2. Running de Mayor Intensidad 
    • Igualmente, se recomienda prudencia y debemos hacer hincapié en la corrección biomecánica
    • La vuelta a los entrenamientos intensivos o competiciones se planifica con una progresión escalonada, siguiendo parámetros de volumen e intensidad (por ejemplo, incrementos semanales del 10% en la distancia o la velocidad).
  3. Tenis, Pádel y Otros Deportes de Raqueta
    • Estos deportes implican aceleraciones, frenadas y desplazamientos laterales. Se aconseja reintroducirlos tras cumplir correctamente con el plan de ejercicios de control del valgo de rodilla y la estabilización lumbopélvica.
    • Se sugiere iniciar con partidas de menor duración, en pistas menos agresivas (por ejemplo, evitando superficies demasiado duras) y con calzado adecuado.

 

4. PLAN DE REHABILITACIÓN Y EJERCICIOS

El plan de rehabilitación se organiza por fases. A continuación, se detalla cada fase con estrategias y recomendaciones específicas sobre los protocolos que han demostrado eficacia en la práctica clínica.

4.1 Fase Inicial de Control del Dolor e Inflamación

Objetivos principales:

  • Reducir dolor e inflamación, evitando movimientos y cargas que exacerben la lesión.
  • Mantener la movilidad básica y la activación muscular mínima.
  1. Reposo Relativo
    • Limitar gestos repetitivos de flexión profunda y descensos de escaleras.
    • Sustituir actividades de alto impacto (carrera, saltos) por otras de bajo impacto (bicicleta estática, natación suave) cuando sea posible.
  2. Crioterapia / Termoterapia
    • Aplicaciones locales de hielo en la fase aguda (15-20 minutos, varias veces al día).
    • En cuadros subagudos o crónicos, alternar con calor local para aumentar circulación y elasticidad de los tejidos.
  3. Ejercicios de Movilidad Sin Dolor
    • Flexo-extensión de rodilla en descarga (sentado o tumbado) para prevenir rigidez.
    • Ejercicios isométricos de cuádriceps e isquiotibiales (con contracciones de 5-8 segundos).
  4. Estiramientos Suaves
    • Mantener estiramientos de isquiotibiales y aductores, sin forzar la inserción.
    • Se recomiendan sesiones de 3-4 repeticiones de 20-30 segundos para prevenir la retracción muscular.
  5. Vendajes y Taping
    • El vendaje neuromuscular puede aportar soporte adicional.
    • La combinación de taping con ejercicios leves mejora la percepción de estabilidad y reduce las molestias durante la fase inicial.
  6. Educación y Consejos Posturales
    • Evitar sentarse con la rodilla muy flexionada durante periodos prolongados.
    • Corregir la postura al caminar, intentando que la rodilla no gire excesivamente hacia dentro.

4.2 Fase de Fortalecimiento y Reentrenamiento Funcional

Objetivos principales:

  • Desarrollar fuerza, resistencia y control neuromuscular en la musculatura implicada (isquiotibiales, sartorio, grácil, glúteos).
  • Mejorar la alineación dinámica de la rodilla durante actividades como subir escaleras, caminar, correr o realizar sentadillas.
  1. Fortalecimiento Específico (Concéntrico y Excéntrico)
    • Curls de Pierna con banda elástica o máquina, priorizando la fase excéntrica (bajada lenta).
    • Ejercicios de isquiotibiales en puente: desde un puente simple hasta variantes con piernas alternas.
    • Si comparamos ejercicios puramente concéntricos vs. combinados con fase excéntrica y encontraron mejoras más rápidas en la fuerza y en la reducción de síntomas cuando se enfatiza la fase excéntrica.
  2. Fortalecimiento de Glúteo Medio y Mayor
    • Abducciones de cadera en decúbito lateral, progresión a clamshells con resistencia.
    • Puentes de glúteo con banda o lastres en la pelvis.
    • Un déficit de fuerza en la cadera ocasiona un aumento de la sobrecarga medial de la rodilla, factor decisivo en la perpetuación de la tendinopatía.
  3. Ejercicios de Propiocepción y Control Neuromuscular
    • Ejercicios de equilibrio unipodal sobre suelo firme y, más adelante, sobre superficies inestables (bosu, cojines).
    • Pequeñas sentadillas monopodales, vigilando la alineación rodilla-segundo dedo del pie.
    • La introducción temprana de la propiocepción mejora la función y reduce riesgos de recaída.
  4. Integración en la Cadena Cinética
    • Sentadillas progresivas hasta 90º de flexión con énfasis en la técnica: se controla la rodilla para que no colapse medialmente.
    • Lunges frontales, laterales y retro, vigilando siempre la estabilidad central y la pisada.
    • La introducción de ejercicios funcionales con supervisión mejora la adaptabilidad de los tendones al estrés mecánico.
  5. Estiramientos y Liberación Miofascial
    • Uso de foam roller en la zona posterior y medial del muslo para aliviar contracturas.
    • Estiramientos activos y pasivos de isquiotibiales, aductores y flexores de cadera, mantenidos alrededor de 30 segundos.
    • Se debe combinar estiramiento con aplicación de técnicas de liberación fascial para optimizar la extensibilidad del tendón.
  6. Progresión del Entrenamiento Aeróbico
    • Bicicleta estática o elíptica con cargas graduales, según tolerancia al dolor.
    • Caminata moderada en llano, introduciendo intervalos de ligero trote conforme mejore la clínica.
    • Un retorno escalonado a actividades aeróbicas reduce significativamente el riesgo de reagudización.

4.3 Fase de Reintegro Deportivo y Prevención de Recaídas

Objetivos principales:

  • Recuperar el nivel previo de actividad o competición de forma segura.
  • Minimizar la probabilidad de recidivas optimizando la técnica y la fortaleza de la cadena cinética.
  1. Ejercicios Pliométricos y de Agilidad
    • Saltos verticales y horizontales, multidireccionales, siempre con control de la rodilla en la fase de aterrizaje.
    • Cambios de dirección progresivos, incrementando velocidad e intensidad poco a poco.
    • Al fortalecer el core y la estabilidad lumbopélvica, se logra una mejor absorción de fuerzas durante gestos pliométricos.
  2. Ejecución de Sentadillas Profundas, Lunges y Escalones
    • Se avanza a sentadillas completas (o profundas) si el paciente las tolera sin dolor, para asegurar la fuerza y la flexibilidad en todo el rango.
    • Trabajos de escalones (steps) cada vez más altos o con sobrecarga, manteniendo una alineación adecuada.
    • La mejora en la fuerza concéntrica y excéntrica en movimientos de la vida diaria como subir escaleras es clave para una recuperación funcional completa.
  3. Corrección Biomecánica y Técnica Específica
    • Análisis de la pisada, cadencia de carrera y posición de la rodilla.
    • Ajuste de la longitud de zancada y la frecuencia de paso en corredores para disminuir sobrecarga en la zona medial.
    • Una corrección adecuada de la pronación excesiva y la inclinación lateral de la pelvis reducen la tensión sobre la pata de ganso.
  4. Plan de Prevención Continuo
    • Mantener rutinas de fortalecimiento y estiramiento tras la recuperación.
    • Revisar periódicamente el calzado deportivo y la técnica de entrenamiento.
    • Es crucial el mantenimiento de un peso saludable para evitar sobrecargas continuas en la rodilla medial.

Datos Clave:

Para fundamentar cada una de las fases y ejercicios propuestos, se incorporan los aportes concretos de los veinte artículos revisados:

  • Se ha mostrado la eficacia de protocolos graduados de ejercicios tanto isométricos como concéntrico-excéntricos para mejorar la función tendinosa y reducir el dolor, haciendo hincapié en la reeducación neuromuscular en la fase intermedia de la rehabilitación.
  • Iniciar con ejercicio acuático ( Piscina ) reduce la carga sobre la rodilla, especialmente en pacientes con exceso de peso o dolor agudo marcado. Sin embargo, la progresión a ejercicios de fuerza en tierra es esencial para el reforzamiento final.
  • Es importante combinar fases concéntricas y excéntricas en ejercicios de isquiotibiales, con mejoras funcionales al cabo de 8 semanas.
  • La adición de infiltraciones (cuando sea necesario) al plan de ejercicios acelera el alivio sintomático, pero a largo plazo el factor clave de éxito continúa siendo la terapia activa constante.
  • Es muy importante combinar con el fortalecimiento del glúteo medio y resto de la musculatura lumbopélvica, correlacionando la debilidad proximal con mayores tasas de recurrencia de la patología.
  • En corredores es importante integrar el plan de ejercicios de core stability para reducir el valgo de rodilla y el impacto en la zona medial.
  • Es más recomendable la terapia de control motor frente a la terapia estándar, especialmente para reducir la sintomatología crónica y mejorar la ejecución de tareas funcionales (como subir escaleras).
  • A partir de un programa de 6 semanas con cargas progresivas, se pueden valorar cambios positivos en la microarquitectura del tendón (valorados vía ecografía).

El mensaje global de los estudios es claro: la tendinitis de la pata de ganso mejora notablemente con un programa de rehabilitación estructurado, continuo y adaptado a la evolución del paciente, abordando tanto la fuerza y la flexibilidad, como los factores de sobrecarga y la biomecánica general.


5. NUEVAS ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO COMPLEMENTARIO

En los últimos años, se han estudiado múltiples enfoques para complementar la terapia activa de ejercicios, con el objetivo de optimizar la recuperación y reducir el dolor. A continuación, se presentan los métodos que mayor respaldo han obtenido:

5.1 Modalidades Físicas (Electroterapia, Ondas de Choque, Láser, etc.)

  1. Estimulación Eléctrica Neuromuscular (NMES)
    • Ha mostrado su eficacia en fortalecer la musculatura flexora de la rodilla. Hallaron mejoras en la fuerza isométrica y un retorno más rápido a las actividades de la vida diaria.
    • Se recomienda su uso en pacientes con fuerte inhibición muscular por dolor, facilitando la activación del semitendinoso y el grácil.
  2. Terapia de Ondas de Choque (Shockwave Therapy)
    • La combinación de ondas de choque focal con ejercicios de fuerza puede conseguir  mejoras significativas en el dolor medido en la escala visual analógica (VAS) y la función a 12 semanas.
    • Se postula que promueve la regeneración tisular y la neoformación vascular, además de un efecto analgésico local.
  3. Terapia Láser de Alta Intensidad
    • Aunque todavía requiere más ensayos controlados, algunos hallazgos sugieren que puede acelerar la reducción del dolor y la inflamación local.
  4. Ultrasonido Terapéutico
    • Suele combinarse con la aplicación de antiinflamatorios tópicos o con la técnica “Ultrasonido de contacto directo” en la zona de dolor.
    • La adición de ultrasonido y terapia manual favorecía una disminución más rápida de los síntomas, especialmente en los estadios subagudos.

5.2 Terapia Manual y Manipulación de Tejidos Blandos

  • Masaje Profundo y Liberación Miofascial:
    • Puede disminuir la tensión en la inserción tendinosa, favoreciendo la relajación y la flexibilidad del semitendinoso, sartorio y grácil.
    • Combinar técnicas de masaje con ejercicios de estabilidad mejora la acomodación neuromuscular.
  • Movilizaciones de la Pelvis y la Columna:
    • Una movilidad deficiente en la zona lumbo-pélvica puede traducirse en compensaciones excesivas de la rodilla. La terapia manual centrada en esta región ayuda a normalizar patrones de movimiento.
  • Técnicas de Energía Muscular y Strain-Counterstrain:
    • Utilizadas para aliviar la hipertonía o espasmos que incrementan la tracción sobre la zona de la pata de ganso.
    • Según algunos reportes clínicos, puede acelerar la tolerancia a cargas progresivas.

5.3 Factores Biomecánicos y Reentrenamiento de la Pisada

  • Estudio de la Marcha y Corrección de la Pronación:
    • Se ha relacionado la sobrecarga recurrente en la inserción del pes anserinus con los pies planos (hiperpronación). Se recomienda un análisis biomecánico y, de ser necesario, plantillas personalizadas.
    • Se incide en el uso de calzado adecuado, con suficiente amortiguación y estabilidad medial.
  • Reeducación Postural y Técnica Deportiva:
    • Orientaciones sobre la pisada, la cadencia de carrera y la posición del tronco al correr o saltar.
    • Se pueden realizar grabaciones de vídeo para analizar si el valgo de rodilla es excesivo durante el aterrizaje o la transición de la marcha.
  • Prevención de Sobreuso:
    • Programar descansos, variar la intensidad y evitar incrementos bruscos en la carga de entrenamiento (ej. no pasar de correr 3 km al día a correr 7 km de la noche a la mañana).

La rehabilitación óptima combina un plan sólido de ejercicios de fuerza y flexibilidad con ajustes biomecánicos e intervenciones complementarias que mejoran la circulación, estimulan la regeneración y alivian el dolor.


6. PREGUNTAS FRECUENTES DE LOS PACIENTES

  1. ¿Cuánto tiempo se tarda en curar la tendinitis de la pata de ganso?
    El tiempo de recuperación varía según la gravedad de la lesión, la constancia en la terapia y los factores individuales (edad, peso, actividad). En general, con un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes mejoran en 4-12 semanas.
  2. ¿Es recomendable utilizar antiinflamatorios o inyecciones de corticoides?
    En la fase aguda, puede haber indicación de AINEs recetados por un médico. Las inyecciones de corticoides, preferiblemente guiadas por ecografía, se reservan para casos refractarios, porque un uso excesivo puede debilitar el tendón.
  3. ¿Puedo seguir haciendo ejercicio durante la rehabilitación?
    Sí, es importante mantenerse activo dentro de los límites del dolor. Ejercicios de bajo impacto, bicicleta estática o natación suelen ser buenas opciones para no perder la condición física mientras se recupera la rodilla.
  4. ¿Por qué necesito fortalecer la cadera si mi dolor está en la rodilla?
    La estabilidad de la rodilla depende en gran medida de la alineación que proviene de la pelvis y la cadera. Una musculatura de la cadera débil puede incrementar las fuerzas de valgo o rotación en la rodilla, sobrecargando la pata de ganso.
  5. ¿La tendinitis de la pata de ganso puede volver a aparecer una vez curada?
    Si no se corrigen los factores predisponentes (sobrepeso, mala alineación, déficit de fuerza), existe riesgo de recaída. Mantener los ejercicios de prevención y un estilo de vida saludable disminuye ese riesgo de forma significativa.

7. CONCLUSIÓN

La tendinitis de la pata de ganso es una afección frecuente en pacientes que experimentan sobrecargas mecánicas, desequilibrios musculares o alteraciones biomecánicas. Hoy contamos con planes de rehabilitación efectivos, basados en ejercicios progresivos de fortalecimiento, control motor, estiramientos y terapia manual. La clave radica en un abordaje integral que tenga en cuenta la raíz del problema: desde la corrección postural y la adecuada alineación del miembro inferior, hasta el fortalecimiento de la cadena cinética completa.

Una vez alcanzada la recuperación, el seguimiento periódico y la constancia en los ejercicios de prevención permiten minimizar recaídas y mantener una rodilla sana. Si bien este artículo ofrece un panorama detallado y riguroso, es importante recordar que cada persona debe recibir un tratamiento individualizado. Un especialista en traumatología o fisioterapia puede guiar el proceso y adecuarlo a las necesidades específicas de cada paciente.

Si presentas algún síntoma relacionado con esta condición y necesitas una valoración personalizada, no dudes en contactar al Dr. Eugenio Díaz, Traumatólogo Especialista en Granada, para encaminar tu recuperación y resolver todas tus dudas.


 

 

 

 

 

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