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Rehabilitación del Hombro Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz

 

 

La tendinitis de hombro (o tendinopatía del manguito rotador) es una de las causas más frecuentes de dolor y limitación funcional del miembro superior en adultos de diversas edades. Ya sea en deportistas, trabajadores que realizan actividades repetitivas o en personas de la tercera edad, la inflamación y degeneración de los tendones del hombro pueden generar molestias constantes y pérdida progresiva de la movilidad. El diagnóstico adecuado y el tratamiento temprano son esenciales para prevenir complicaciones y garantizar una calidad de vida óptima.

A lo largo de las últimas décadas, se ha investigado de forma exhaustiva cómo abordar de manera más efectiva la tendinopatía del hombro. En los últimos cinco años, múltiples revisiones sistemáticas y ensayos clínicos  han arrojado luz sobre la relevancia de los ejercicios terapéuticos progresivos (desde isométricos hasta isotónicos y ejercicios de fuerza lenta), la importancia de la corrección biomecánica y la incorporación de técnicas manuales complementarias. Todo ello con un enfoque que se sostiene a lo largo de varias semanas, destacando un periodo de 6 a 9 semanas como un intervalo crucial en la recuperación de la funcionalidad y en el control del dolor.

El presente artículo propone un plan de ejercicios en tendinitis de hombro, aportando un enfoque comprensible y práctico para pacientes que buscan mejorar sus síntomas y recuperar su desempeño tanto en actividades cotidianas como deportivas. A lo largo de este texto, se abordarán las causas y los síntomas, las técnicas de diagnóstico, y, sobre todo, se profundizará en la estructura de un programa de rehabilitación, incluyendo ejercicios específicos, recomendaciones de prevención y estrategias complementarias.


Tabla de Contenido

[ÍNDICE DE CONTENIDOS]

  1. Definición y Causas de la Tendinitis del Hombro
  2. Anatomía Básica del Hombro y Manguito Rotador
  3. Síntomas y Factores de Riesgo
  4. Diagnóstico Clínico e Instrumental
  5. Fases de la Rehabilitación de la Tendinitis del Hombro
    5.1. Fase Aguda (0-2 semanas)
    5.2. Fase Subaguda (2-4 semanas)
    5.3. Fase de Consolidación y Fortalecimiento (4-6 semanas)
    5.4. Fase Avanzada (6-9 semanas)
  6. Programa de Ejercicios de 6 a 9 Semanas
    6.1. Objetivos Principales en esta Etapa
    6.2. Ejercicios de Fuerza y Resistencia Progresiva
    6.3. Ejercicios Isotónicos y Excéntricos
    6.4. Ejercicios Escapulares y Corrección Postural
    6.5. Integración Funcional y Retorno Deportivo
  7. Terapias Complementarias y Abordajes Multidisciplinares
  8. Prevención de la Tendinitis del Hombro
  9. Preguntas Frecuentes de los Pacientes
  10. Conclusión

1. DEFINICIÓN Y CAUSAS DE LA TENDINITIS DEL HOMBROTendinitis Manguito Rotador Traumatólogo Granada Dr Eugenio Díaz

La tendinitis de hombro es un término que se utiliza para describir los procesos inflamatorios y degenerativos que afectan a los tendones del manguito rotador (principalmente el supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular). Aunque el término más adecuado según la literatura reciente es “tendinopatía”, dado que el factor inflamatorio puro no siempre es el determinante principal, en la práctica clínica se siguen utilizando de forma frecuente ambos términos (tendinitis y tendinopatía).

Causas principales y factores que contribuyen al desarrollo de la tendinitis del hombro:

  • Sobrecarga mecánica: Movimientos repetitivos por motivos laborales, actividades deportivas intensas o tareas de la vida diaria (por ejemplo, alzar los brazos repetidamente).
  • Factores degenerativos: El deterioro normal del tendón con la edad puede propiciar microdesgarros y una cicatrización defectuosa.
  • Desequilibrios musculares: Una mala alineación o falta de fortaleza de la musculatura escapular (especialmente en serrato anterior, trapecio medio e inferior) contribuye a la disfunción del manguito rotador.
  • Mala vascularización: Zonas de hipovascularidad (sobre todo en el tendón del supraespinoso), que predisponen a un menor potencial de curación.
  • Microtraumatismos de repetición: Ocasionados por gestos deportivos o laborales (p. ej., en lanzadores de béisbol, nadadores, tenistas, pintores, electricistas, etc.).

2. ANATOMÍA BÁSICA DEL HOMBRO Y MANGUITO ROTADOR

El hombro es la articulación más móvil del cuerpo humano, y está compuesto principalmente por tres huesos: la escápula, la clavícula y el húmero. La estabilidad articular depende en gran medida del manguito rotador, conformado por cuatro músculos y sus tendones asociados:

  1. Supraespinoso (encargado de la abducción del brazo en sus primeros grados).
  2. Infraespinoso (rotación externa).
  3. Redondo menor (rotación externa y ligera estabilización posterior).
  4. Subescapular (rotación interna).

Estos tendones, junto con la cabeza larga del bíceps, forman un sistema complejo cuyo equilibrio es fundamental para el movimiento fluido y estable del hombro. Cualquier alteración en la fuerza, flexibilidad o control motor de estos músculos puede provocar disfunción, que en ocasiones se manifiesta como tendinitis o tendinopatía del manguito rotador.


3. SÍNTOMAS Y FACTORES DE RIESGO

La sintomatología de la tendinitis del hombro puede incluir:

  • Dolor en la cara anterolateral del hombro, que empeora al levantar el brazo por encima de la cabeza.
  • Sensación de pinchazo o atrapamiento al realizar ciertos movimientos (signo clásico de “impingement”).
  • Limitación funcional progresiva, dificultad para vestirse, peinarse o llevar objetos pesados.
  • Debilidad muscular, sobre todo en abducción y rotación externa.
  • Rigidez matutina o tras periodos de inactividad prolongada.

Entre los factores de riesgo destacan: edad superior a 40 años, trabajos que requieran movimientos repetitivos por encima de la cabeza, práctica de deportes con alta demanda de movimientos de hombro (natación, tenis, béisbol, etc.), mala higiene postural y antecedentes de lesiones previas en el hombro.


4. DIAGNÓSTICO CLÍNICO E INSTRUMENTAL

El diagnóstico de la tendinitis del manguito rotador se realiza inicialmente mediante la anamnesis y la exploración física. Pruebas clínicas como el Neer Test y el Hawkins-Kennedy Test se emplean de forma rutinaria para valorar la presencia de pinzamiento subacromial. Además, los test de fuerza para supraespinoso (test de Jobe) o para rotadores externos sirven para identificar deficiencias concretas.

En cuanto a las pruebas de imagen, la ecografía y la resonancia magnética (RM) suelen utilizarse para determinar el grado de afectación tendinosa, descartar roturas parciales o totales y valorar cambios estructurales degenerativos. La resonancia es particularmente útil cuando se sospecha una lesión más grave o cuando no hay mejoría tras un periodo razonable de tratamiento conservador.


5. FASES DE LA REHABILITACIÓN DE LA TENDINITIS DEL HOMBRO

La rehabilitación de la tendinopatía del manguito rotador (o tendinitis de hombro) se divide comúnmente en fases progresivas, con el objetivo de restaurar la función del hombro y el equilibrio muscular. Esta clasificación se fundamenta en numerosos estudios clínicos y en guías de práctica internacional, que recomiendan una evolución escalonada. Es fundamental respetar los tiempos de curación de los tejidos y adaptar la intensidad de las terapias a cada etapa, evitando agravar la lesión. A continuación, se describen estas fases con mayor detalle.

5.1. Fase Aguda (0-2 semanas)

Objetivos principales

  • Disminuir el dolor y la inflamación inicial.
  • Proteger la zona lesionada de sobreesfuerzos.
  • Mantener la movilidad articular básica para prevenir retracciones capsulares y rigideces posteriores.

Estrategias y pautas

  • Reposo relativo y protección: No se recomienda un reposo absoluto y prolongado, pero sí la suspensión de actividades que produzcan dolor intenso, especialmente aquellas que requieran el brazo elevado por encima de la cabeza o que supongan sobrecarga del manguito rotador.
  • Crioterapia y antiinflamatorios: El uso de hielo varias veces al día (5-10 minutos) puede ayudar a controlar la respuesta inflamatoria. El médico podría pautar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) según la tolerancia y la situación clínica.
  • Ejercicios de movilidad pasiva y asistida: Es importante iniciar desde las primeras fases movilizaciones suaves en rangos indoloros para evitar la capsulitis adhesiva o la pérdida de elasticidad del tejido blando. En muchos protocolos, se recomiendan ejercicios pasivos de abducción y rotación externa con la ayuda de la otra mano o bajo supervisión fisioterapéutica.
  • Educación del paciente: Explicar los mecanismos de la lesión, la importancia de no forzar el hombro y mantener una actividad física controlada. Se hace énfasis en la corrección postural incluso en reposo (evitar hombros encogidos o protraídos de forma mantenida).

5.2. Fase Subaguda (2-4 semanas)

Objetivos principales

  • Iniciar la activación muscular y la reeducación neuromuscular de manera controlada.
  • Mejorar la amplitud de movimiento activa sin desencadenar dolor agudo.
  • Reducir al mínimo los signos inflamatorios residuales y prevenir la atrofia muscular.

Estrategias y pautas

  • Ejercicios isométricos:
    • Se introducen gradualmente ejercicios donde se contrae el músculo sin cambiar la longitud (por ejemplo, presionar suavemente la mano contra la pared o contra una almohada).
    • Suelen realizarse en ángulos articulares seguros (por debajo de los 60-70° de abducción), evitando la posición de pinzamiento.
    • Se inician con intensidades bajas (20-30% de la fuerza máxima), aumentando conforme mejore la tolerancia.
  • Movilidad activa progresiva:
    • Se van incluyendo ejercicios activos sin asistencia, con un rango de movimiento cada vez mayor, cuidando siempre la aparición de dolor.
    • La frecuencia de estos ejercicios puede ser de 2-3 veces al día, con repeticiones moderadas (10-15).
  • Fortalecimiento escapular inicial:
    • Trabajo suave de la musculatura estabilizadora de la escápula (trapecio medio e inferior, serrato anterior, romboides), por ejemplo, con retracciones escapulares o “remo” con banda elástica de baja resistencia.
  • Masaje y fisioterapia manual:
    • Puede ayudar a reducir contracturas y aliviar la tensión en la zona cervical y dorsal alta, contribuyendo a una mejor alineación del hombro.

5.3. Fase de Consolidación y Fortalecimiento (4-6 semanas)

Objetivos principales

  • Mejorar de forma significativa la fuerza, la resistencia y la coordinación neuromuscular del hombro.
  • Sentar las bases para la progresión a movimientos funcionales y específicos.
  • Mantener controlado el dolor y la inflamación, que a estas alturas deben haberse reducido notablemente.

Estrategias y pautas

  • Ejercicios isotónicos con baja y media resistencia:
    • Comienzan a utilizarse mancuernas (1-2 kg), bandas elásticas de resistencia media, máquinas de poleas ligeras, etc.
    • Se priorizan los movimientos básicos: abducción en plano escapular, rotaciones internas y externas, flexión y extensión de hombro con carga moderada.
    • El rango de movimiento se amplía según la tolerancia al dolor.
  • Control escapulohumeral:
    • Se enfatiza el aprendizaje de la cinemática adecuada de la escápula durante la elevación del brazo.
    • Ejercicios de “remo invertido” (tirar de la banda hacia el tronco) y “press de hombros” en un plano seguro, buscando la estabilidad de la cintura escapular.
  • Progresión de series y repeticiones:
    • El número de repeticiones suele ser de 10 a 15 por serie, con 2-3 series y descansos de 30-60 segundos.
    • A medida que se gana fuerza, se puede aumentar la resistencia o el número de series, siempre manteniendo la técnica correcta.
  • Ejercicios de flexibilidad:
    • Estiramientos suaves de pectoral mayor, dorsal ancho y otros músculos que puedan estar acortados y provocar alteraciones posturales.

5.4. Fase Avanzada (6-9 semanas)

Objetivos principales

  • Alcanzar un nivel de fuerza y funcionalidad suficientes para retomar las actividades diarias y deportivas sin limitaciones.
  • Perfeccionar la coordinación y la resistencia específica para gestos habituales o de alto rendimiento (según las demandas del paciente).
  • Prevenir recaídas o compensaciones musculares inadecuadas.

Estrategias y pautas

  • Aumento progresivo de la carga y la velocidad:
    • Durante este periodo, el hombro debe estar lo bastante recuperado para tolerar esfuerzos más altos y gestos más rápidos o explosivos.
    • Se incluyen ejercicios con bandas elásticas de alta resistencia, mancuernas de mayor peso (3-5 kg o más, según la persona), y movimientos funcionales (levantamientos por encima de la cabeza).
  • Ejercicios excéntricos específicos:
    • Múltiples estudios sugieren que la carga excéntrica estimula la regeneración tendinosa y mejora la calidad del tejido.
    • Por ejemplo, elevar el brazo con ayuda (fase concéntrica asistida) y descenderlo lentamente en contra de la resistencia (fase excéntrica).
  • Integración de la cadena cinética completa:
    • Se promueven ejercicios globales que impliquen no solo el hombro, sino también el tronco, la cadera y el resto del miembro superior. Ello mejora la propiocepción y la eficacia del movimiento.
  • Retorno progresivo al deporte o actividad laboral:
    • Pacientes deportistas pueden introducir entrenamientos específicos, como lanzamientos con balón medicinal ligero, movimientos de raqueta, brazadas de natación, etc., siempre de manera escalonada.
    • Para trabajos manuales, se aconseja simular movimientos reales (levantar objetos, empujar puertas pesadas, etc.).

En esta Fase Avanzada, el paciente debe verse capaz de realizar la mayoría de tareas cotidianas sin limitación. En caso de persistencia de dolor, de sensación de inestabilidad o de fatiga excesiva, es crucial reevaluar la progresión y ajustar las cargas y ejercicios. En torno al 80-90% de los pacientes con tendinopatía de hombro responden bien al tratamiento conservador si siguen estas fases de rehabilitación con constancia.


6. PROGRAMA DE EJERCICIOS DE 6 A 9 SEMANAS

Dentro del enfoque global de la rehabilitación, el periodo entre la semana 6 y la 9 se considera un tramo crítico para consolidar la recuperación de la tendinitis del hombro. Durante estas semanas, el objetivo es alcanzar la máxima funcionalidad posible, reforzar la fuerza y la resistencia específicas, y preparar el retorno a las actividades o deportes que el paciente realizaba antes de la lesión.

6.1. Objetivos Principales en esta Etapa

  1. Incrementar la Fuerza y la Resistencia Muscular: La musculatura del manguito rotador, que incluye supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor, debe soportar cargas progresivamente más altas sin desencadenar dolor.
  2. Mejorar la Movilidad y la Flexibilidad: A estas alturas, el rango de movimiento debería ser casi completo. Aun así, puede que existan limitaciones mínimas o rigideces residuales que deben solventarse.
  3. Integrar el Control Neuromuscular y la Propiocepción: La scapulohumeral rhythm (coordinación entre la escápula y el húmero) es esencial. La fase final de la rehabilitación refuerza la conciencia corporal y la sincronización entre músculos estabilizadores y movilizadores.
  4. Preparar la Vuelta a la Función Plena: Para deportistas y trabajadores manuales, esto implica simular y entrenar los gestos reales de la vida diaria o deportiva, incrementando poco a poco la intensidad para evitar recaídas.

6.2. Ejercicios de Fuerza y Resistencia Progresiva

En esta etapa, se utilizan rutinas de entrenamiento que aumentan gradualmente el peso, las repeticiones o la tensión de la banda elástica. Varias guías recomiendan entrenar al menos 3 veces por semana con un volumen moderado-alto y descansos adecuados.

Ejemplos de ejercicios:

  1. Rotación Externa con Banda Elástica de Alta Resistencia
    • Posición inicial: De pie, con el codo pegado al costado y el antebrazo flexionado a 90°.
    • Ejecución: Rotar el antebrazo hacia fuera contrarresistencia, manteniendo el codo pegado al cuerpo. Evitar balanceos del tronco.
    • Progresión: Aumentar la resistencia de la banda o la velocidad del movimiento a medida que se domina la técnica.
  2. Abducciones con Mancuernas (Plano Escapular)
    • Posición inicial: De pie, sosteniendo las mancuernas (1-3 kg) con los brazos a los lados.
    • Ejecución: Elevar el brazo en un plano de aproximadamente 30-45° por delante de la línea frontal (scaption), hasta unos 90°, evitando encoger el hombro o arquear la espalda.
    • Progresión: Incrementar el peso a medida que mejore la resistencia sin dolor.
  3. Remo Bajo con Banda o Máquina de Poleas
    • Objetivo: Fortalecer romboides, trapecio medio e infraespinoso y mejorar la estabilidad dorsal.
    • Ejecución: Partir con los brazos estirados al frente y tirar del agarre hacia el torso, llevando los omóplatos hacia atrás y abajo.
    • Repeticiones/series: 3 series de 12-15 repeticiones, incrementando la carga según tolerancia.
  4. Press de Hombro Controlado
    • Posición inicial: Sentado o de pie, con mancuernas a la altura de los hombros.
    • Ejecución: Elevar lentamente los brazos sin sobrepasar la línea de los oídos (siempre vigilando el arco doloroso).
    • Variación: Se puede realizar en plano escapular para reducir la posibilidad de pinzamiento.

6.3. Ejercicios Isotónicos y Excéntricos

Importancia de los ejercicios excéntricos

Numerosos estudios respaldan la utilidad de la carga excéntrica para favorecer la reparación tendinosa y robustecer el tejido. La contracción excéntrica (controlada) promueve la correcta alineación de las fibras de colágeno y la adaptación progresiva al estrés mecánico.

  • Ejercicio Excéntrico para Supraespinoso:
    1. Fase concéntrica asistida: Elevar el brazo hasta unos 90° de abducción, ayudándose con la mano contraria o con la banda.
    2. Fase excéntrica: Bajar lentamente el brazo durante 3-5 segundos, evitando movimiento brusco.
    3. Series y repeticiones: 2-3 series de 10 repeticiones al principio, incrementando según la tolerancia.
  • Ejercicio Excéntrico para Infraespinoso:
    1. Posición inicial: Codo pegado al cuerpo, antebrazo en 90°.
    2. Fase concéntrica asistida: Llevar el antebrazo hacia fuera (rotación externa) con ayuda de la mano opuesta o minimizando la resistencia.
    3. Fase excéntrica: Regresar a la posición neutra o de rotación interna muy lentamente, controlando la resistencia.

6.4. Ejercicios Escapulares y Corrección Postural

La estabilización escapular resulta crítica durante la fase final de la rehabilitación. Una escápula bien alineada favorece el buen funcionamiento del manguito rotador y reduce la sobrecarga tendinosa.

  1. Ejercicio del Serrato Anterior (Push-up Plus)
    • Ejecución en pared (nivel básico) o en el suelo (nivel avanzado).
    • Tras la flexión de brazos (push-up) habitual, se añade un empuje extra al final del movimiento, separando ligeramente las escápulas para activar el serrato anterior.
  2. Retracciones Escapulares con Banda
    • Anclar una banda elástica al nivel del pecho.
    • Sujeto de pie, sosteniendo los extremos de la banda con los brazos al frente.
    • Tirar de la banda hacia el esternón, juntando los omóplatos sin subir los hombros. Mantener 1-2 segundos y regresar con control.
  3. Corrección Postural y Refuerzo Cervicodorsal
    • Se pueden integrar ejercicios de columna torácica, como extensiones suaves sobre un foam roller, para mejorar la movilidad dorsal.
    • Importante supervisar la colocación de la cabeza y cuello: evitar proyección excesiva de la barbilla y mantener un leve mentón recogido.

6.5. Integración Funcional y Retorno Deportivo

La fase final del programa (semana 8 y 9) marca la transición hacia la funcionalidad completa. Se introducen actividades específicas, tanto para la vida diaria (trabajos manuales) como para gestos deportivos.

  1. Movimientos Pliométricos Básicos (Bajo Impacto)
    • Uso de balón medicinal ligero (1-2 kg) para lanzar contra la pared y atraparlo, enfocando la fuerza en la fase excéntrica de la recepción.
    • Importante respetar el ángulo seguro del hombro: al inicio, lanzar a la altura del pecho y solo progresar hacia lanzamientos por encima de la cabeza si no hay dolor.
  2. Gestos Deportivos Graduales
    • En deportes de raqueta: práctica de golpes suaves, progresando en potencia y velocidad.
    • En natación: iniciar con estilos menos agresivos (espalda o crol suave) y controlar la técnica.
    • En deportes de lanzamiento (béisbol, balonmano): realizar secuencias de lanzamiento a baja distancia, centrándose en la mecánica adecuada y el posicionamiento escapular.
  3. Entrenamiento de la Cadena Cinética
    • Para prevenir compensaciones, se entrenan la fuerza de piernas y el core (zona abdominal y lumbar), pues un buen soporte corporal reduce la sobrecarga en el hombro.
    • Ejercicios multiarticulares, como sentadillas con press de hombro o zancadas con rotación del tronco, ayudan a integrar todo el cuerpo en el gesto.
  4. Trabajo de Propiocepción y Estabilización Avanzada
    • Uso de superficies inestables (por ejemplo, semiesferas, plataformas de equilibrio) para añadir un componente de reto neuromuscular.
    • Realizar ejercicios de flexión de hombro o rotaciones escapulares sobre estas superficies para forzar al cuerpo a estabilizarse y mejorar la reacción muscular.

Progresión y control del dolor
Si en algún momento el paciente experimenta un aumento significativo del dolor o signos de inflamación (hinchazón, enrojecimiento, calor local), se debe reducir la intensidad o suspender temporalmente los ejercicios que lo provocan. Mantener una comunicación constante con el fisioterapeuta y el traumatólogo resulta vital para ajustar el programa de manera segura.

Frecuencia y volumen de entrenamiento

  • Se suele recomendar al menos 3 sesiones semanales con ejercicios de fuerza y movilidad, complementadas con estiramientos y actividades aeróbicas suaves (caminar, ciclismo suave).
  • Cada sesión puede durar entre 30 y 45 minutos, aumentando el tiempo a medida que se incluyen ejercicios funcionales y de mayor complejidad.

Importancia de la Perseverancia y el Seguimiento Profesional

En conclusión, el programa de ejercicios de 6 a 9 semanas requiere compromiso y constancia por parte del paciente para consolidar los avances logrados en las fases anteriores. Con la supervisión adecuada y la integración de ejercicios de fuerza progresiva, estabilización escapular y funcionalidad, el hombro puede recuperar su rango de movimiento, su fuerza y su capacidad de respuesta ante las demandas diarias o deportivas.

En caso de no observar mejoras sustanciales o de que reaparezcan dolores agudos durante esta fase avanzada, es fundamental consultar con el especialista para descartar complicaciones como roturas parciales ocultas o patologías asociadas.

Gracias a este enfoque integral y basado en la evidencia, la gran mayoría de los pacientes consigue superar la tendinitis de hombro de forma exitosa y retomar sus actividades con plena confianza.


7. TERAPIAS COMPLEMENTARIAS Y ABORDAJES MULTIDISCIPLINARES

La tendinitis de hombro, o tendinopatía del manguito rotador, suele abordarse de manera principal mediante ejercicios de rehabilitación y fisioterapia dirigida. No obstante, múltiples estudios  señalan que la combinación de técnicas complementarias y un enfoque multidisciplinar pueden mejorar los resultados, disminuir los tiempos de recuperación y reducir la probabilidad de recaídas. El objetivo de estas terapias adicionales es optimizar el entorno de curación del tejido, mejorar la mecánica y el control neuromuscular de la articulación, y abordar factores de riesgo externos (como el estrés, la nutrición o el entorno laboral).

7.1. Fisioterapia Manual y Masoterapia

  • Movilizaciones pasivas y movilizaciones articulares:
    • El fisioterapeuta o terapeuta manual puede emplear técnicas suaves de “mobilization with movement” (MWM) para mejorar la congruencia articular del hombro y aliviar la sensación de pinzamiento.
    • Estas movilizaciones pueden ser especialmente útiles cuando el paciente tiene rigideces capsulares que limitan el rango de movimiento y provocan dolor.
  • Masaje de Tejidos Profundos:
    • Ayuda a relajar la musculatura que rodea el hombro (trapecio superior, pectoral mayor y menor, dorsal ancho y escalenos, entre otros) y a liberar puntos gatillo miofasciales.
    • Se ha observado que una adecuada relajación muscular favorece la armonía escapulohumeral y previene compensaciones perjudiciales.
  • Liberación Miofascial:
    • En pacientes con dolor crónico, las adherencias fasciales o restricciones de la fascia pueden contribuir a la persistencia del dolor.
    • Técnicas de liberación miofascial específicas pueden mejorar la elasticidad y la movilidad de los tejidos blandos.

7.2. Terapias Físicas y Tecnológicas

  • Electroterapia (TENS, corrientes interferenciales):
    • Algunas guías clínicas proponen el uso de la estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS) para el manejo del dolor agudo o subagudo, especialmente en pacientes muy sintomáticos.
    • Las corrientes interferenciales también pueden contribuir a desinflamar y aliviar el dolor, combinándose con ejercicios para obtener resultados más duraderos.
  • Ultrasonidos y Láser de Baja Intensidad:
    • El ultrasonido terapéutico se ha utilizado de forma tradicional para promover el aumento local de la temperatura en los tejidos profundos, lo que puede mejorar la extensibilidad del colágeno y la circulación.
    • Algunos estudios han mostrado beneficios discretos en el corto plazo, si bien la evidencia a largo plazo es heterogénea.
    • El láser de baja intensidad (LLLT) también se ha estudiado como terapia analgésica y antiinflamatoria complementaria. Su efectividad varía según la dosis, el tipo de dispositivo y el protocolo aplicado.
  • Ondas de Choque (ESWT):
    • Las ondas de choque extracorpóreas se utilizan con frecuencia en la tendinopatía de hombro, especialmente si existe una importante calcificación en el tendón o un proceso de tendinopatía crónica.
    • Pueden ayudar a desintegrar microcalcificaciones y estimular la vascularización local, acelerando la recuperación. Sin embargo, su aplicación debe evaluarse caso por caso, dado que no todos los pacientes responden de igual forma.

7.3. Infiltraciones y Tratamientos Farmacológicos

  • Infiltraciones de Corticoides:
    • En casos con dolor intenso que dificulta la rehabilitación, el traumatólogo o médico especialista puede recomendar infiltraciones de corticoesteroides en el espacio subacromial.
    • Suelen proporcionar un alivio temporal del dolor y la inflamación, permitiendo que el paciente se adhiera mejor al programa de ejercicios.
    • Se recomienda limitar el número de infiltraciones para no debilitar los tendones a largo plazo, ya que el exceso de corticoides puede generar efectos adversos sobre el tejido (por ejemplo, degeneración tendinosa).
  • Analgésicos y Antiinflamatorios Sistémicos:
    • Los AINE pueden ser pautados por el médico para aliviar el dolor y favorecer la participación activa en la fisioterapia.
    • La dosificación y la duración del tratamiento deben ser personalizadas, vigilando posibles efectos secundarios gastrointestinales o renales.

7.4. Terapias Biológicas y Tratamientos en Investigación

  • Plasma Rico en Plaquetas (PRP):
    • Consiste en la inyección de concentrado plaquetario obtenido de la propia sangre del paciente, con el fin de estimular la regeneración tisular.
    • Aunque se ha popularizado su uso en diversas tendinopatías, la evidencia científica está todavía en evolución y los resultados pueden variar según la técnica de preparación y aplicación.
  • Células Madre y Factores de Crecimiento:
    • Se investigan protocolos experimentales con células madre mesenquimales y factores de crecimiento específicos para mejorar la curación tendinosa.
    • Estos procedimientos son relativamente novedosos y aún no están estandarizados en la práctica clínica general, por lo que se limitan a contextos de investigación o ensayos clínicos concretos.

7.5. Abordaje Multidisciplinar

El éxito en el tratamiento de la tendinitis del hombro no depende únicamente de la fisioterapia o la terapia manual; la participación de un equipo integral puede marcar la diferencia en los resultados. A continuación, se describen los principales profesionales que pueden involucrarse:

  • Traumatólogo / Cirujano Ortopédico:
    • Se encarga de la evaluación diagnóstica precisa (mediante exploración clínica e imágenes, como ecografía o resonancia magnética) y de indicar las pautas médicas (infiltraciones, supervisión del progreso, posibles indicaciones quirúrgicas si fracasa el tratamiento conservador).
    • En casos complicados, valora la necesidad de artroscopia u otros procedimientos quirúrgicos.
  • Fisioterapeuta Especializado en Hombro:
    • Diseña y supervisa el programa de rehabilitación activa, ajustando los ejercicios a cada fase de recuperación y aplicando terapias manuales o tecnológicas complementarias.
    • Educa al paciente en la prevención de recaídas y la corrección de malos hábitos posturales.
  • Readaptador Físico y Entrenador Deportivo:
    • Para pacientes que requieren volver a la práctica deportiva de alto nivel o a un trabajo físico demandante, el readaptador diseña progresiones funcionales y específicas para su actividad (ejercicios pliométricos, entrenamiento de la cadena cinética, etc.).
    • Asegura que la transición de la rehabilitación al desempeño deportivo sea lo más segura y eficaz posible.
  • Nutricionista y Psicólogo Deportivo (si procede):
    • El estado nutricional y el estrés pueden influir en la capacidad de recuperación del paciente. Un nutricionista puede orientar sobre dieta antiinflamatoria y suplementación adecuada.
    • Un psicólogo deportivo o clínico puede ayudar a manejar la frustración, el miedo al dolor y el estrés asociado a la lesión, que a veces dificulta la adherencia al tratamiento.

7.6. Factores Ambientales y Ergonómicos

  • Corrección Ergonómica en el Entorno Laboral:
    • Ajustar la altura de las mesas de trabajo, utilizar sillas ergonómicas y, en caso necesario, implementar pausas activas para descansar el hombro.
    • Disminuir o modificar tareas repetitivas por encima de la cabeza que exacerban la sobrecarga del manguito rotador.
  • Educación Postural en el Hogar y Actividades Diarias:
    • Evitar encoger los hombros de forma mantenida mientras se trabaja, conduce o ve la televisión.
    • Aprender técnicas seguras para levantar objetos y planificar las tareas del hogar reduciendo movimientos lesivos repetitivos.

7.7. Beneficios y Consideraciones de las Terapias Complementarias

  • Visión Holística del Paciente:
    • Cada individuo puede presentar desequilibrios musculares específicos, hábitos posturales inadecuados o sobrecarga laboral que perpetúan la lesión. El abordaje multidisciplinar identifica y trata estos factores.
  • Reducción de la Cronificación:
    • Al combinar la terapia activa (ejercicios de fortalecimiento y movilidad) con técnicas de alivio del dolor, educación y mejoras del entorno, se disminuye el riesgo de cronificación de la tendinopatía.
  • Importancia de la Dosificación y la Secuenciación:
    • Es crucial no sobrecargar al paciente con demasiadas intervenciones simultáneas o ejercicios inadecuados para su fase de recuperación. El equipo profesional debe consensuar un plan estructurado que sea progresivo y sostenible.

 


8. PREVENCIÓN DE LA TENDINITIS DEL HOMBRO

La prevención se basa en eliminar o minimizar los factores de riesgo y en mantener una buena salud musculoesquelética. Algunas recomendaciones:

  • Calentamiento Adecuado: Antes de entrenar o realizar actividades laborales intensas, se debe incluir movilidad articular dinámica y ejercicios suaves de activación del manguito rotador.
  • Fortalecimiento Continuo: Incluir en la rutina semanal ejercicios básicos de hombro y cintura escapular para mantener la fuerza y la estabilidad.
  • Técnica Deportiva Correcta: En deportes como natación, tenis, voleibol o béisbol, la supervisión de la técnica de lanzamiento o brazada puede prevenir sobrecargas repetitivas.
  • Ergonomía en el Trabajo: Ajustar la altura de mesas, sillas o estanterías para evitar posturas forzadas repetitivas. Hacer pausas activas y estiramientos durante la jornada laboral.
  • Control del Dolor Temprano: Si aparece molestia, no ignorarla ni automedicarse sin control. Acudir a un profesional y seguir un plan de rehabilitación precoz reduce el riesgo de cronificación.

9. PREGUNTAS FRECUENTES DE LOS PACIENTES

  1. ¿Cuánto tiempo tardaré en recuperarme completamente de la tendinitis de hombro?
    La mayoría de las personas muestran mejoría significativa entre las 6 y 9 semanas de rehabilitación constante y progresiva. Sin embargo, cada caso es único y factores como la edad, la gravedad de la lesión y la constancia con los ejercicios influyen en la duración de la recuperación.
  2. ¿Puedo realizar ejercicios en casa sin supervisión?
    Sí, muchos ejercicios (especialmente los isométricos y con banda elástica) pueden realizarse en casa. Aun así, es recomendable contar al menos inicialmente con la supervisión de un fisioterapeuta o entrenador para aprender la técnica correcta y evitar posturas inadecuadas.
  3. ¿Es necesaria la cirugía en caso de tendinitis de hombro?
    La mayoría de las tendinitis se manejan de forma conservadora con ejercicios y fisioterapia. La cirugía (por ejemplo, artroscopia) suele reservarse para casos con roturas del tendón, lesiones estructurales significativas o cuando fracasa el tratamiento conservador tras varios meses.
  4. ¿El reposo absoluto ayuda?
    Un reposo total prolongado generalmente no es beneficioso, ya que puede generar rigidez y debilidad. Se recomienda un “reposo relativo” que evite las actividades dolorosas, pero que mantenga cierta movilidad y ejercicios suaves de fortalecimiento.
  5. ¿Existen ejercicios que puedan agravar la tendinitis?
    Cualquier ejercicio que genere un dolor agudo o que se realice con mala técnica puede empeorar la lesión. Por ejemplo, levantamientos con cargas excesivas por encima de la cabeza o movimientos explosivos sin control previo. Es fundamental respetar la progresión de cargas y la guía del profesional.

10. CONCLUSIÓN

La tendinitis de hombro es una patología frecuente que puede impactar negativamente en la calidad de vida y la capacidad funcional de las personas. No obstante, con un diagnóstico adecuado, un plan de ejercicios terapéuticos bien estructurado y un seguimiento periódico, se alcanzan resultados muy favorables en la mayoría de los pacientes. El periodo de 9 a 12 semanas constituye un tramo esencial del proceso de rehabilitación, en el que la progresión de cargas, la corrección postural y la integración de movimientos funcionales juegan un papel clave para asegurar la recuperación y la vuelta a las actividades normales o deportivas.

Con un enfoque integral que combine fisioterapia, ejercicio activo, educación postural y abordajes médicos complementarios cuando sea preciso, el paciente puede retomar sus actividades diarias o entrenamientos de forma segura. Si usted o un ser querido experimentan dolor de hombro o sospechan una tendinitis, es altamente recomendable buscar la atención de un especialista en traumatología y seguir las pautas de un equipo multidisciplinar. Con un tratamiento individualizado y constante, se puede alcanzar la recuperación plena.

Si te encuentras en Granada o alrededores, el Dr. Eugenio Díaz, Traumatólogo Especialista en Hombro, está disponible para ayudarte a resolver tu problema y guiarte en cada etapa de la rehabilitación.


 

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A continuación, se listan de nuevo las referencias completas utilizadas en la elaboración de este artículo (todas consultadas en texto completo):
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