Procedimientos Área pacientes

Rehabilitación Rotura fibrilar aductores Dr Eugenio Díaz Traumatologo Granada

 

Tabla de Contenido

Rehabilitación Integral: Fases, Ejercicios Clave y Herramientas de Seguimiento (Plan de 12 Semanas)

Consideraciones Generales Previas

  • Duración y supervisión: La duración de 12 semanas es orientativa y se fundamenta en estudios que detallan la evolución de la cicatrización muscular en torno a los 2-3 meses, tal como sugieren diversas investigaciones clínicas. Sin embargo, cada paciente evolucionará a su propio ritmo y puede requerir más o menos tiempo.
  • Progresión gradual: Es imprescindible que las cargas de trabajo, la intensidad de los ejercicios y el rango de movimiento vayan aumentando de forma paulatina y segura, atendiendo a la respuesta del paciente y evitando el dolor agudo que indique irritación o lesión adicional.
  • Dolor y fatiga: Algunos ejercicios pueden generar molestias controlables, pero un dolor intenso o que persista durante varias horas post-ejercicio indica que la carga es excesiva, por lo que se deberá ajustar o retroceder un paso en la progresión.
  • Pruebas de imagen y evaluación médica: En deportistas de alto rendimiento, la resonancia magnética puede utilizarse de manera periódica para valorar la evolución de la cicatrización y reabsorción de hematomas. En otros casos, la ecografía musculoesquelética y la exploración clínica pueden ser suficientes para ir ajustando el plan de rehabilitación.

Plan de 12 Semanas

La recuperación de una rotura fibrilar en los aductores exige planificación, paciencia y supervisión. Un programa escalonado de 12 semanas, como el descrito, proporciona hitos concretos para guiar la progresión:

  • Semanas 1-4: Control del dolor, activación isométrica y prevención de adherencias.
  • Semanas 5-8: Fortalecimiento concéntrico-excéntrico, estabilización pélvica y primeras adaptaciones funcionales.
  • Semanas 9-12: Intensificación del ritmo deportivo, incorporación de ejercicios pliométricos y prueba del gesto específico en condiciones cercanas a la realidad competitiva.

En todo momento, el criterio clínico, las sensaciones del paciente y el control objetivo de la fuerza y el dolor deben servir como guía para avanzar o, si es necesario, retroceder una fase. Con este enfoque metódico y una comunicación constante entre paciente y equipo médico, se maximizan las posibilidades de retomar la actividad habitual sin limitaciones y con un riesgo de recaída mucho menor.


Semana 1-2: Fase Aguda y Control del Dolor

Objetivos principales

  1. Disminuir el dolor y la inflamación.
  2. Iniciar activación muscular suave sin comprometer la cicatrización.
  3. Mantener la movilidad articular básica.

Pautas de actuación

  • Reposo relativo: Se recomienda evitar actividades que produzcan dolor intenso o que supongan un estrés excesivo en la región inguinal (por ejemplo, giros bruscos, carreras, saltos). No obstante, no se aconseja la inactividad absoluta, ya que un mínimo de movilidad favorece la circulación y ayuda a organizar correctamente las fibras cicatriciales.
  • Crioterapia y compresión: Varias veces al día (15-20 min) para ayudar a reducir la inflamación y el edema local.
  • Terapias analgésicas: Podría contemplarse el uso de AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) o analgésicos prescritos por el médico, así como técnicas de electroterapia (TENS) o ultrasonidos de baja intensidad bajo supervisión del fisioterapeuta.
  • Ejercicios isométricos suaves:
    • Isometría de aductores (contra una almohada o balón suave entre las rodillas) durante 5-10 segundos, 3-4 series de 10 repeticiones, sin dolor.
    • Isometría de glúteos y core (plancha frontal apoyando rodillas si no genera dolor) mantenida 10-15 segundos, 3-4 series.
    • Ejercicios de respiración diafragmática para mejorar la oxigenación y la relajación muscular.

Indicadores de progreso

  • Reducción significativa del dolor en reposo.
  • Capacidad para realizar contracciones isométricas de baja intensidad sin aumentar el dolor agudo.
  • Mejora de la movilidad al caminar sin cojera manifiesta.

Semana 3-4: Fase de Movilización y Fortalecimiento Inicial

Objetivos principales

  1. Mantener y ampliar de forma leve el rango de movimiento de la cadera.
  2. Aumentar la fuerza muscular de forma progresiva, en especial en los aductores y en el core.
  3. Mantener la alineación pélvica y la estabilidad de la zona lumbar.

Pautas de actuación

  • Calentamiento y estiramientos suaves:
    • Movilidad articular de cadera (flexión, extensión ligera, abducción y aducción pasiva con ayuda de una toalla o banda elástica).
    • Estiramientos muy suaves de la cara interna del muslo, evitando posiciones dolorosas y manteniendo la tensión no más de 15-20 segundos.
  • Fortalecimiento isométrico y concéntrico:
    • Ejercicios de aducción concéntrica en decúbito lateral: Con la pierna lesionada abajo, elevar ligeramente la pierna empujando contra la gravedad. Realizar 2-3 series de 8-10 repeticiones, siempre sin dolor.
    • Puente de glúteo: Focalizar la activación de la región glútea y mantener la pelvis estable. Si no hay dolor, se puede añadir una almohada entre las rodillas para incorporar leve trabajo de aducción.
    • Plancha lateral modificada (apoyo en antebrazo y rodilla) para reforzar la estabilidad de la cadera y del tronco, 3 series de 15-20 segundos.
  • Fisioterapia y técnicas manuales: Masaje de drenaje para reducir tensiones en la zona, liberación miofascial muy suave, e incluso ventosas (cupping) en partes blandas cercanas si el profesional lo considera oportuno.
  • Propiocepción básica: Ejercicios de equilibrio con apoyo bipodal y luego unipodal (sobre una superficie estable) para mejorar la coordinación neuromuscular.

Indicadores de progreso

  • Capacidad para soportar la pierna lesionada en ejercicios de equilibrio unipodal durante 10-15 segundos sin dolor significativo.
  • Mejoría en la fuerza isométrica y en la resistencia local del músculo aductor, comprobada mediante pruebas manuales de fisioterapia o dinamometría básica.

Semana 5-6: Fase de Fortalecimiento Progresivo y Estabilización Pélvica

Objetivos principales

  1. Consolidar la fuerza de los aductores, incluyendo progresiones excéntricas.
  2. Integrar la musculatura del core (abdominales, lumbares, glúteos) para sostener la pelvis y proteger la zona inguinal.
  3. Iniciar ejercicios funcionales de baja intensidad que simulen patrones de movimiento cotidianos o deportivos.

Pautas de actuación

  • Calentamiento más amplio (10-15 min): Incluye actividad cardiovascular ligera (bicicleta estática o elíptica a baja resistencia) siempre que no provoque dolor.
  • Ejercicios de fuerza (enfatizando la fase excéntrica):
    • Aducciones con banda elástica o polea: Realizar el movimiento acercando la pierna a la línea media (concéntrico) y controlando cuidadosamente la vuelta (excéntrico). Series de 3 x 8-12 repeticiones, dependiendo de la tolerancia.
    • Plancha de Copenhague (variante inicial)**: Apoyar la pierna superior en un banco o step, manteniendo la zona pélvica estable y el codo o antebrazo en el suelo. Permite trabajar la aducción excéntrica-isométrica de la pierna inferior. Al principio, se puede hacer con asistencias o manteniendo muy poco tiempo (5-10 segundos) y progresar según evolución.
  • Core y estabilidad lumbopélvica:
    • Plancha frontal y lateral con una duración mayor (20-30 segundos) y/o con apoyo en pies si el dolor lo permite.
    • Bird Dog (cuadrupedia con elevación cruzada de brazo y pierna) para entrenar la coactivación de la musculatura profunda y global.
  • Progresión de la propiocepción:
    • Soporte unipodal en superficies inestables (colchoneta de espuma, bosu, etc.).
    • Introducción de perturbaciones suaves (lanzar y atrapar una pelota ligera, por ejemplo).

Indicadores de progreso

  • Reducción marcada del dolor durante la ejecución de aducciones contra resistencia moderada.
  • Aumento de la resistencia en ejercicios de plancha (mantener 30-45 segundos sin fatiga excesiva).
  • Capacidad para pedalear 10-15 minutos en bicicleta estática sin molestia inguinal.

Semana 7-8: Fase de Carga Funcional y Adaptación Deportiva Inicial

Objetivos principales

  1. Aumentar la intensidad de los ejercicios de fuerza y la complejidad de los movimientos.
  2. Introducir patrones de movimiento específicos del deporte o la actividad habitual del paciente (cambios de dirección, desplazamientos laterales suaves).
  3. Perfeccionar la estabilidad dinámica de cadera y la coordinación neuromuscular.

Pautas de actuación

  • Incremento del trabajo cardiovascular y de potencia moderada:
    • Trote suave o carrera continua ligera (si es bien tolerada) en superficies planas, empezando con intervalos de 1-2 minutos de carrera y 1 minuto de marcha, por un total de 10-15 minutos.
  • Ejercicios específicos para aductores (progresando en intensidad):
    • Plancha de Copenhague de nivel intermedio: Aumentando el tiempo de sostén (15-20 segundos) y/o reduciendo la ayuda del miembro libre.
    • Sentadillas sumo con carga ligera o moderada, enfatizando una correcta alineación de rodillas y cadera y controlando la fase excéntrica.
  • Agilidad y desplazamientos laterales:
    • Desplazamientos en “lateral shuffle” a baja velocidad y sin giros bruscos.
    • Ejercicios de slalom con pequeños conos para reentrenar cambios de dirección, siempre vigilando la aparición de dolor.
  • Fortalecimiento global progresivo: Añadir algo más de resistencia en poleas o máquinas de gimnasio (si están disponibles), manteniendo la regla de no exceder un dolor leve (<3/10 en escala visual analógica).

Indicadores de progreso

  • Capacidad para tolerar carrera ligera sin dolor residual al día siguiente.
  • Mejoría ostensible en la potencia de la contracción de los aductores (valorada clínicamente con dinamometría si se dispone de ella o test manuales de fuerza).
  • Realización de ejercicios básicos de agilidad sin compensaciones o molestias importantes.

Semana 9-10: Fase de Intensificación y Pre-Retorno Deportivo

Objetivos principales

  1. Ajustar la potencia muscular y la resistencia para acercarse a las exigencias del deporte o la actividad meta.
  2. Incluir cambios de ritmo, movimientos laterales más rápidos y ejercicios pliométricos ligeros.
  3. Seguir reforzando la estabilidad de la pelvis y la sinergia entre aductores, abductores, isquiotibiales y cuádriceps.

Pautas de actuación

  • Aumento progresivo de la carrera:
    • Se pueden realizar intervalos de 3-4 minutos de trote con 1 minuto de marcha, o incluso carrera continua de 15-20 minutos, prestando atención a cualquier molestia.
    • Incrementar gradualmente la velocidad hasta un 60-70% del ritmo máximo acostumbrado.
  • Entrenamiento excéntrico-pliométrico (nivel inicial):
    • Saltos cortos y controlados sobre un pie y luego sobre ambos pies, evitando aterrizajes bruscos.
    • Pliometría lateral de baja altura (pequeños saltos laterales con un step de 10-15 cm), útil para afianzar la resistencia excéntrica de los aductores.
  • Ejercicios con gomas o poleas con mayor resistencia:
    • Aducciones en posición de semiflexión de rodillas para simular la posición atlética.
    • Añadir componentes de rotación de tronco para involucrar el core en conjunto (p. ej., “woodchoppers” con banda elástica).
  • Progresión de la Plancha de Copenhague: Alargar hasta 20-30 segundos de sostén, incorporar variantes donde la pierna inferior se mantenga en leve abducción, etc.

Indicadores de progreso

  • Ausencia de dolor o inestabilidad al realizar cambios de ritmo en carrera (aceleraciones y desaceleraciones moderadas).
  • Ejecución fluida de saltos suaves sin temor ni compensación postural.
  • Ganancia significativa en la fuerza de aductores medida con test funcionales o en la estabilidad pélvica durante los ejercicios de agilidad.

Semana 11-12: Fase de Retorno Deportivo Controlado

Objetivos principales

  1. Replicar los gestos técnicos y la velocidad de la práctica deportiva real.
  2. Ajustar la carga al nivel competitivo deseado (entrenos completos, partidos amistosos, sesiones específicas de mayor intensidad).
  3. Perfeccionar la prevención secundaria, incorporando rutinas de mantenimiento para evitar recaídas.

Pautas de actuación

  • Simulación de acciones específicas:
    • Si se trata de fútbol, introducir golpeos suaves a moderados con el interior del pie (aductores) y luego pases o remates de mayor intensidad.
    • Drills de agilidad con conos, mayor velocidad de sprint y frenadas más exigentes.
    • Ejercicios de contacto controlado si el deporte incluye colisiones (p. ej., hockey, rugby).
  • Pliometría de mayor impacto (solo si no hay dolor y bajo supervisión):
    • Saltos laterales más amplios, multiplanares, con una supervisión exhaustiva de la técnica (evitando que la rodilla se dirija hacia adentro, lo que sobrecargaría el aductor).
  • Resistencia y potencia máximas:
    • Carrera a un 80-90% de la velocidad máxima habitual, intervalos de 30-60 segundos con descansos parciales.
    • Ejercicios de fuerza en gimnasio con mayor carga (últimas repeticiones dificultosas pero sin desencadenar dolor agudo).
  • Prevención secundaria:
    • Mantener un calentamiento de calidad, insistiendo en ejercicios de movilidad y activación de aductores, abductores y core.
    • Realizar estiramientos post-ejercicio, sin sobrepasar umbrales de dolor.
    • Emplear terapia manual o de compresión en la zona inguinal si aparece sobrecarga tras entrenamientos intensos.

Indicadores de progreso

  • Tolerancia a la alta intensidad en gestos deportivos sin dolor ni sensación de inestabilidad.
  • Capacidad para realizar sprints y cambios de dirección a ritmo competitivo sin recaída de molestias.
  • Integración plena en la dinámica de entrenamiento grupal (en el caso de deportes de equipo) o en la rutina de ejercicio habitual.

Control y Seguimiento

  1. Evaluaciones semanales: Se aconseja realizar tests clínicos y funcionales que valoren la fuerza, el rango de movimiento y la tolerancia al ejercicio.
  2. Uso de cuestionarios de dolor (escala EVA o similar) y cuestionarios de percepción subjetiva de recuperación (p. ej., Hooper o GROIN-HiPS Score si se dispone de ellos en clínica avanzada).
  3. Pruebas de imagen: En deportistas profesionales, resonancia magnética en la semana 8 o 10 para confirmar la adecuada cicatrización en caso de lesiones graves.
  4. Ajuste individualizado: Si en un punto determinado la lesión presenta síntomas de retroceso (aumento del dolor, inflamación, disminución de la fuerza), conviene volver a la fase previa para estabilizar la lesión y reevaluar la carga de trabajo.

 


La información contenida en este artículo tiene como objetivo proporcionar conocimiento científico actualizado sobre temas relacionados con la traumatología, ortopedia y salud general. Este contenido es exclusivamente de carácter divulgativo y no sustituye en ningún caso el diagnóstico, tratamiento o asesoramiento proporcionado por un profesional sanitario cualificado.
Se recomienda a los lectores que, ante cualquier problema de salud o lesión, consulten directamente con un médico o especialista en traumatología. Las decisiones sobre su salud no deben basarse únicamente en la información publicada en este sitio web.
Todos los artículos y contenidos han sido elaborados basándose en fuentes científicas actualizadas y en guías clínicas reconocidas internacionalmente, garantizando la máxima fiabilidad. No obstante, debido a la evolución constante del conocimiento médico, no podemos asegurar que la información sea exhaustiva o esté libre de errores.
El Dr. Eugenio Díaz y su equipo cumplen con las normativas legales vigentes en España, incluidas la Ley 41/2002, de Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en materia de Información y Documentación Clínica, y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI-CE). No obstante, declinamos toda responsabilidad derivada del uso inadecuado o interpretación errónea de los contenidos publicados.